Lo que nos decimos bajito
Viene a mi mente el personaje de Pepe Grillo, que, aunque un poco estereotipado representa nuestra voz interior moral o del “deber ser”, ese hablar bajito que nos recuerda las normas, los deberías, te toca, el “debes ser responsable”, un poco más de esfuerzo, a todos les tocan situaciones difíciles…. En fin hazlo porque no hay de otra.
La auto-agenda personal que trabaja 24/7, y que tiene sus vacaciones acumuladas porque no ha querido dejarme sola ni un día, ocupa una posición muy especial en lo que me digo bajito “acuérdate de sacar a descongelar”, “mañana llamaré a mis papás”, “al terminar la clase les daré las fechas”, “quiero hacer una marquesa este fin y al regresarme a mi casa de la Universidad compraré el chocolate y las galletas Maria”… en fin me veo muchas veces en el día hablándome bajito para recordarme cosas. Les cuento que para ayudarme con toda esta habla bajita recordatoria decidí abrirme un chat de whatshapp que se llama “Yo misma”, donde solo estoy yo , y cuando empiezo a hablarme para recordarme de cosas, busco el teléfono y lo escribo en mi chat de “Yo misma” para dejar de recordármelo. He creado el hábito de revisar ese chat todas las mañanas, mediodías y noches, y me funciona muy bien.
Palmaditas en la espalda, o más bien palmaditas en el paladar, las palabras van susurrando narrativas de reconocimiento, aprecio, logros, buenos días, esfuerzos, orgullo, gratitud, buena vibra, buen humor. Así también me reconozco en muchos momentos, frente al espejo, caminando, sentada en mi escritorio, en el comedor, frente a mis alumnos, viendo fotos de o con amigos y familia, saboreando una comida que me quedó deliciosa, leyendo un correo donde me dan una buena noticia, haciendo el recuento del día, llegando de hacer los ejercicios mañaneros, paseando en la naturaleza, agradeciendo una conversación con mis padres, valorando mis esfuerzos en alguno de mis roles, riéndome de misma acordándome de algo gracioso en lo que estuve involucrada yo o alguien conocido, recordando y valorando los esfuerzos que muchos hacen todos los días…en fin dando gracias a la vida que me ha dado tanto.
Lo que nos decimos bajito es muy variado, y la verdad es que rico hablar con uno mismo…un delicioso complemento de lo que hablamos con los demás que son nuestros maravillosos otros significativos: familiares, amigos, compañeros de trabajo, vecinos y todos los que se van topando todos los días en nuestras vidas.
María Elena Garassini
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