10 años del Club de escribidores
¡Lo que nunca he contado!
Recuerdo que una vez dijimos, en uno de nuestros encuentros en el club, que escribir era como desnudarnos frente a los otros. Eso si, hay maneras y estilos sobre cómo hacerlo.
Uno puede desnudarse en piloto automático; puede hacerlo frente al espejo, generalmente siendo muy crítico con su cuerpo o puede hacerlo tipo streptease, donde lentamente uno se va despojando de cada prenda con picardía y sensualidad porque sabe que otro(s) está(n) apreciando lo que va quedando al descubierto.
La verdad es que yo creo que hemos creado un club de stripers donde disfrutamos que cada uno se desnude con las palabras, que no importa sobre qué tema se escriba, siempre habla de nosotros, de lo que llevamos dentro y nos representa, nuestra esencia, nuestro elemento.
Cuando leo el tema que nos coloca Alberto, como reto de escritura del encuentro para celebrar nuestros 10 años del Club de escribidores, ¡Lo que nunca he contado!, decido utilizar para responder al reto, todo lo que nos hemos contado, que es un montón durante tanto tiempo en forma continuada. Me dispongo entonces a hacer una revisión por mis escritos con temas y géneros variados pero con tendencia hacia textos cortos reflexivos sobre el título propuesto. Recuerdo temas como: regalos, agradecimiento, ¿cursi yo?, carta a mi niño interior, arte y bienestar, adiós César, el ingrediente secreto, el octavo asteroide, la libertad , las mejores metáforas, las ñapas, miedos secretos, un día extraordinario, la buena vida, el gran amor, luces y sombras, el reto de la colaboración, cambios en pandemia, dar y recibir, humor/risa y carcajada, la manzana prohibida, la maleta, agridulce, cerrando ciclos, el sueño del año…
Sigo dándole vueltas a lo que nunca he contado. Partiendo de todo lo que he y hemos contado, de pronto aparece esta afirmación Qué difícil para mí es comprar zapatos…
Los zapatos tienen inicialmente una función instrumental de proteger los pies del frío, el calor, así como de posibles golpes contra objetos de diferentes formas y tamaños. Pero sobre todo tienen, en las cuidades y la modernidad, una función estética y de exposición de la moda. Como yo soy una persona muy práctica y sencilla, pues comprar zapatos utilitarios como, zapatos deportivos para caminar y hacer ejercicios, unas cholitas para ir a la playa, o estar en la casa, no me causan ninguna dificultad.Ahora cuando se trata de zapatos para combinar con ropa, pantalones, vestidos, ahí se me pone la cosa más difícil. Por alguna razón no me gusta cómo me quedan, son incómodos, son muy altos, son muy bajitos, son muy apretados, y miles de peros… Tengo que confesar, que mientras escribo estas líneas me doy cuenta que esa era, o fue mi autopercepción durante muchos años, pero me doy cuenta he ido cambiando, y ahora me gustan más muchos de los zapatos que veo, o me gusta más cómo me quedan, en fin… he flexibilizado mis expectativas, exigencias… no sé, pero me siento mejor persona cuando la vida me es más fácil. Creo que haber escogido escribir esto es un excelente homenaje a los 10 años del club de escribidores, de los cual me siento super orgullosa por el club, y por mí, por haber permanecido en él durante toda su existencia, porque…”escribir nos hace bien”, porque “escribir nos hace mejores personas”.
María Elena Garassini
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