«Lo que nunca he contado»
(Ángel Rafael Ceballos)
Mis lápices apreciativos,vaya que “pregunta”. ¿Qué es lo que nunca he
contado? y el que la diseñó debe tener unhueso atragantado en la garganta
que lo quiere sacar para respirar sanamente y limpiar su cuerpo, mente y
espíritu de un “insumo” desgarrador que lo ha tenido embarbascado toda su vida.
Les confieso que soy de los que creen que todos los seres humanos, sin excepción
tienen al menos, un experiencia ingrata, anécdota o secreto mal habido, que
nunca han contado y que difícil contaran, por orgullo, pena o vulnerabilidad , ni
siquiera cuando estén ante Dios en la puerta de su morada.
Déjenme comenzar afirmando que en mi familia nuclear tengo fama de ser
un “bocón” y que nunca guardo mis secretos e intimidades y eso quizás es la
razón de tener, para mí, una fortaleza de ser curioso por naturaleza y al
contar todo o casi todo, comparto mis inquietudes que para ser honesto, limpia
mi consciencia y me hace menos vulnerable.
La vida está llena de singularidades y experiencias, algunas merecidas,
otras no, algunas compartidas con otros y otras guardadas en lo más profundo de
nuestro ser. Hay cosas que normalmente nunca se cuentan, por diversas razones,
ya sea por miedos, fracasos, errores, dudas o experiencias traumáticas difíciles
de procesar y compartircon las cuales se requiere extrema confianza, coraje y
empatía, sobre todo por un orgullo que no lesione a nuestro EGO y a nuestra lastimadaautoestima.
El miedo al rechazo nos hace callar opiniones que van en contra de la
corriente y expresarlas puede generar debate sin saber que compartirlas puede
ser liberador ouna acción sanadora que ayudaa crecery a enriquecer nuestro
fuero interno.
También en nuestra vida, llegan momentos íntimos y privadoscon fantasías
y sueños extraños que nos aseguran que existe algúnalíen de nuestros ancestros que
nos están relevando experiencias sexuales o amorosas fallida que pueden generar
vergüenza o culpa. .
De todo lo anterior, no nos damos cuentade que sacar a la luz esas
intimidades, pudiera generar apoyo, autocomprensión y una conexión sanadora de
un sentimiento o resentimiento enterrado en el fondo de nuestras entrañas.
Es importante recordar quesomos dueños absolutos de nuestra historia,
que en mi caso representan siete décadas llenas de vivencias, recuerdos, logros
con muy pocos fracasos, por no decir ninguno que marque el significado de mi
vida.
También quiero afirmar que lo que compartimos y con quién lo hacemos, es
una decisión muy personal y que no hay una obligación de contar todo, no obstante,también
reconocer queabrirnos a otro ser o grupo, a veces puede ser beneficioso y
sanador para nuestro bienestar emocional en nuestras relaciones.
¿Me estoy yendo por las ramas y obviando la
tarea, verdad?. Ok, Ok, OK, Entonces, después de hacer un “paneo emocional” de mis múltiples
vivencias, merecidas o inmerecidas, al evaluary/o valorar mis motivaciones y la
necesidad de compartir con ustedes ese algo, nunca contado, les comentaré
algo que hoy es gracioso, pero que al tener 9 años de edad y viajando por primera
vez en un avión, en este caso a Trinidad, me generó un auto sentimiento de auto-bulling
con consecuencias emocionales de consideración, que aún persisten en mi memoria.
Resulta que esperando las maletas que salían en una pared por un espacio
abierto semi redondo, que como saben, salen todos los bultosy maletas queviajanen
una banda un buen trecho sinusoidal y permite tener acceso a tomar pertenencias
y bajarlas al piso, sucedió lo que sigue:
Ver a unniño angustiado, viendo su maleta rodando que ibaa desparecer a través del apertura
semi circular descrita. Corrí y en lugar de tomarla, halarla y bajarla, me monte encima de la correa y estando cerca del cubículo de
salida, no me quedó otra que abrazar la maleta y juntos entrelazados caer y penetrar
uncuarto oculto, sin idea de sus características.
Ese recorrido y yo con los ojos cerrados, duró para mí un siglo, y
cuando los abrí, estaba de nuevo en frente del cubículo hacia la oscuridad, por
lo que por segunda vez entré de nuevo al “túnel de la muerte”.
Ya se pueden imaginar el nivel de respiración y grado de palpitaciones que
tenía al volver a salir y ver un policía que había visto mi drama, me tomó del
brazo, y yo orinándome, llamaba a mi tía quien no estaba cerca para que me
salvara. Todavía recuerdo y se me aflojan las piernas y la vergüenza.
Bueno, una vez con el policía, que se dio cuenta de mi desesperación,me
cargo y sentí a Dios entre mis brazos, y vi a mi tía con una agente de la línea
buscándome adentro ya que ella había
visto todo mi malabarismo físico-emocional.
Todo esto fue tan rápido como el sentido de humillación y vergüenza al
ser la primera vez que salía de mi país y pensar cómo iba a vivir en una
estadía de un año decidida por mis padres y una familia huéspedes contratada.
En definitiva, las experiencias y vivencias
forman parte esencial de lo que nos hace humanos, para aceptar y explorar estos
confines de lo expresable, donde podemos enriquecer nuestra comprensión de
nosotros mismos, del mundo y de nuestro lugar en él.
Les aseguro que aparte de
esta anécdota, no tengo nada extraordinario que no quiera contar y ahora en mi
4ta. etapa de Deepck Chopra, si quisiera contar todo para celebrar “un día a la
vez “ el privilegio de tener amigos y seres que me han llenado de vida y
aprendizajes para dejarle un legado a
mis nietos y bisnietos que seguro les pasará algo similar o peor a lo vivido.
Feliz decimo aniversario
esperando estar vivió en los próximos 20 años. “You never Know”
Junio , 2024
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