sábado, 24 de agosto de 2024

Rabias y otros menesteres

 "Las rabias, tristezas o aburrimientos que me ayudaron a crecer"

¿Qué nos ayuda a crecer?. A las plantas, el agua y la tierra; algunos animales se comen a otros, así como los peces grandes a los chicos. Mi mamá, con razón, me decía que si no comía, no iba a crecer. Y creo que tenía razón, pues solía no comer. ¡No comer casi nada!

Me llamaban “papa frita” que era básicamente mi alimento. Para las proteínas, mi madre hacía una carne a las brasas y la colocaba en una bandeja con clavos, para que drenara un líquido rojo parecido a la sangre, que luego colocaba en un vasito y yo lo bebía. –Por lo menos algo de carne, decía.

Ahora de grande, no sé qué hacer para des-crecer; pues mi talla ha bajado tres centímetros. Cosas de la edad, pero y eso que ahora como todo lo que debí haber comido para crecer. La gente grande crecemos en lo físico y en lo actitudinal. Un niño pasa a adolescente, de ahí, a adulto y a mayor. Algunos hombres crecen en físico pero siguen siendo niños. ¿Es que debemos comer algo para crecer en eso también? ¿O algo que hacer, o sentir?


De niño sentí con frecuencia mucha rabia, era un niño “rabioso”, pero nada ocurría ni en la altura ni en la madurez. Más adelante, ya de grande, despedí a los seres queridos, entonces hubo tristeza, pero tampoco crecí. Como nunca en mi vida me he sentido aburrido, no sé qué es, y si ayuda o no, a crecer. Entonces, podemos crecer en altura y de repente hacer un viaje de regreso, pero, ¿cómo se crece como hombre?, ¿Cuál es el alimento?, ¿cómo sabemos que hemos crecido?, ¿nos lo ice la gente o nos damos cuenta nosotros mismos?

Kino, el de Mafalda, dijo una vez que “crecer es aprender a decir adiós”. Y eso, va más allá de resentir, estar resignado, o no saber que es estar aburrido; es justo eso; es decir adiós. Es como quitarse una armadura que está pegada a la piel, cada por capa. Luego, viene todo lo que somos y sentimos, como la rabia, la tristeza o inclusive la alegría y la esperanza. Decir adiós, es un acto de entrega completa, de desapego, de incompletitud. Nos sabemos incompletos y desde ahí, aprendemos a caminar, con sus altibajos. Decir adiós, es dejar de ser algo, para abrazar a algo nuevo, es mirar hacia adelante.  Pero, cuando dejamos de soltar y  de crecer, también pudiéramos decir adiós…

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