viernes, 27 de septiembre de 2024

La magia de encontrarnos en Madrid/ Maria Elena Garassini

 LA MAGIA DE  ENCONTRARNOS EN MADRID

María Elena Garassini

 

En la capital de la madre patria, donde todo huele a bocadillo de jamón serrano, programamos el encuentro de dos parejas, y una amiga, que se entienden con apenas mirarse, sonreírse… pero que tenían varios años con una separación física trasatlántica.

La bajada del avión fue como de costumbre, después de muchas horas de vuelo. El cuerpo destilaba cansancio y muchas ganas de llegar. Los asientos, en la parte intermedia del avión, nos recordaban que no seríamos los primeros, pero tampoco los últimos en salir ; ) Avizoramos ya la puerta, caminamos por los pasillos, llegamos a Migración , bendito sea, la cola no es tan larga, salimos, recogimos las maletas y en la puerta de salida nos esperan dos caras sonrientes. Desde ese momento supimos que la magia de los encuentros iba a cobrar vida en la siguiente semana.. y así fue.

Abrazos iban y venían, y después, un pequeño papel desplegado nos ofrecía los posibles itinerarios de lugares que “no nos podíamos perder”. Lo socializamos, y sentimos que la amistad había sido la musa para la propuesta de esos lugares.Recibimos aquel papelito como un tesoro y fue nuestro mejor compañero durante la semana.

De camino al carro, para llevarnos al lugar de nuestro hospedaje, que también nos esperaba con mucho cariño, puesto que una nativa de la madre patria, amiga entrañable, nos esperaba con jamón serrano, baguet y vinito para celebrar la llegada y ponernos al día. Abrazos fueron y vinieron, cuentos, recuerdos y anécdota también.

Toda la semana transcurrió en un intercambio maravilloso con estos tres amigos fenomenales, la pareja y la amiga, que nos pasearon por monumentos, plazas, museos, cafés, bares, cuchitriles y restaurantes.

En la magia de este encuentro con estos tres seres maravillosos, también hubo un momento de magia de pareja.  En una plaza que está en los jardines Sabatini, invitaban a las personas que quisieran bailar con las escenas más icónicas de las películas de todos los tiempos. Con mucha curiosidad nos fuimos los dos a participar en esa peculiar invitación. Al llegar encontramos una multitud entusiasta de parejas que, sonrientes esperaban el inicio de la proyección de las escenas de las películas. A la hora en punto se dio inicio a la actividad, y se armó la fiesta, a la cual nos unimos con la misma alegría del resto. Eso sí, de lejos, teníamos 30 años menos que la pareja más joven del grupo ;)  En retrospectiva, ha sido una de las actividades en pareja más divertida en la que hemos participado, había una alegría contagiosa que percoló por toda la audiencia.

La despedida con nuestros tres amigos coronó la inigualable jornada. Nos encontramos para almorzar bocadillos de calamar con una clara en la plaza de Sol, hablando, riéndonos y saboreando lo vivido.Había sido una semana mágica, de mágicos momentos y vivenciasque no solo no olvidaríamos, sino que, como hoy, sería motivo de muchas anécdotas y recuerdos maravillosos.

Como es usual en mucho de mis escritos del Club de escribidores, finalizo dando gracias a la vida que me ha dado tanto…

 

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