LAS CASAS DE MI EXILIO
Salgo de mi casa en estampida
A buscar el abrigo de otras casas
Salgo de mis tibias sábanas
A buscar sábanas frías
Salgo de mi cuerpo
a vestirme en otros cuerpos
Salgo de mi suelo
a cobijarme en otros cielos
Salgo de mi vida
a vivir la vida de otras vidas
Las casas que abrigaron mi exilio
Encendieron chimeneas del amor solvente
Tendieron mantas para mi llanto
Fueron espejo cribando mis sentimientos
Las casas de mi exilio
Fueron nidos de sábanas blancas
Llenaron de potajes mi plato vacío
Saciaron mi sombra hambrienta
Las casas de mis encuentros
Encendieron sus brazos a mi escucha
Abrazaron mi ansiedad y mi tormento
Cobijaron el hogar de mi cuerpo vacío
Las casas de mis encuentros
Tendieron las mejores camas,
para mis astillados sueños,
para mis noches tiritando en insomnios
Las casas de mis encuentros
Se vistieron de verde terciopelo
De lunas y mares estrellados
De cielos en atardeceres de asombro
De idiomas parcos y porosos, mustios e imprecisos
Sigo trajinando por las casas que me cobijan
Sigo apostillando recuerdos
Con la tinta roja del amor que nos yergue
Sigo construyendo la paz de mi elemento
La savia para tiempos inclementes.
Gudelia Cavero Hurtado
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