Según el cuestionario VIA (Values in Action), de Martin Seligman, (Seligman, 2005), son 6 las virtudes del ser humano, donde se encuentran todas las fortalezas de carácter que nos permiten modelar la voluntad hacia la posibilidad cierta de alcanzar la felicidad plena. La fórmula de la felicidad sin embargo, y apoyado en numerosos estudios, nos indican que hay una relación entre tres factores que la conforman, y son fundamentales; la realidad genética, la circunstancia y nuestra voluntad.
Nacemos con una carga genética que nos marca tendencias hacia la vida, con riesgos y herencias familiares; de nosotros depende no percutar (oprimir el gatillo), el arma que las activa. Por otro lado se encuentran las circunstancias, el otro factor del que llegó a hablar el escritor español, Ortega y Gasset cuando indicaba “Yo, soy igual al yo + Mi circunstancia. A veces la podemos cambiar o modificar, a veces no podemos. Ya existen ejemplos de resiliencia, cuando el Dr. Victor Frankl escribe el libro “El hombre en busca de sentido” de cuando estuvo en los campos de concentración en la 2da Guerra Mundial.
Por último, en la Fórmula de la Felicidad observamos a la Voluntad, y como dijimos, dirigida por todas nuestras virtudes y nuestras fortalezas de carácter. Es allí, y con un 50% de impacto, que podemos orientarnos en la búsqueda de la vida plena y saludable. Esta virtud, de la que hoy conversamos es la “Trascendencia”. De esta virtud mayor, se desprenden las fortalezas de carácter; como la Gratitud, el Aprecio a la Belleza, la Esperanza y el Optimismo, el Sentido del Humor, y la Esperanza y la Fe.
Estas dos últimas fortalezas de carácter, la Esperanza y la Fe, pueden ser analizadas desde dos puntos de vista completamente diferentes. Encontramos la religiosidad y la espiritualidad; es por eso que esta fortaleza se acompaña con la Fe. Ser religioso implica el profesar una creencia, mediante acto de fe, y poder alcanzar relaciones intimas con uno mismo y su creencia. La Espiritualidad por otro lado, está impactada por la visión oriental del mundo donde se incorporan, la relación cuerpo-mente, la respiración y la relajación, el TaiChi y el Qi. Se trata, y no siendo excluyente de la religiosidad, que podamos centrarnos íntimamente con nuestro ser, con nuestra realidad y con el mundo, a través de darnos tiempo para escuchar nuestro sistema funcionando y relacionándose. Los occidentales no somos educados para eso; es un paradigma a superar.
En el trabajo de Carmen Navas, “Espiritualidad y Salud” (Navas,2006), nos explica el significado de la Espiritualidad:
“La búsqueda personal para encontrar respuestas a preguntas esenciales de la vida acerca del significado y relaciones con lo sagrado y trascendente, que puede conducir o no, o surgir del desarrollo de creencias religiosas y la formación de la comunidad”
Existen numerosos estudios científicos que indican una clara correlación entre la Fe- Espiritualidad, con la posibilidad de curación de enfermos de cáncer, Sida o cualquier otra enfermedad. Durante años se ha pensado solo en la parte orgánica, en la seguridad de que no existe correlación entre lo que se piensa y lo que se padece. Con los años, mas y mas estudios lo confirman y corroboran, y mas universidades de prestigio se abocan a estos estudios, recomendando, la incorporación a grupos de apoyo, que refuercen la espiritualidad- fe, que se define de tres maneras: “significado y propósito, la voluntad de vivir, y la fe en uno, en los demás o en Dios.” (Navas,2006).
La voluntad de vivir, como definición de la Espiritualidad nos permite, trascender a los eventos graves o profundos a los cuales no pueda tocar ser sometidos. Interesante es, comprender si la Espiritualidad y la Resiliencia, mantienen así mismo, una correlación positiva.
La Dra. Navas también nos habla de la PsiconeuroInmunologìa, palabra que aparenta un trabalenguas, pero que expresa la cierta posibilidad científica de la relación entre el cuerpo y la mente. Su estudio, le permitirá al hombre, llegar hasta las raíces de la salud y la vida saludable; o por lo menos, a ser resiliente en la adversidad y superarlo, apareciendo mucho más fortalecido al terminar el evento. A esto se suma el deseo de vivir, la esperanza y la ayuda de los grupos de apoyo. El hombre es un ser social y necesita de respaldo y apoyo en momentos necesarios.
Cuando ya estamos en el umbral de la mal llamada “tercera edad”, se comienza a ver la vida materialista de otra manera, y comenzamos a buscar internamente a nuestras fortalezas de carácter asociadas a la Espiritualidad. Nos damos cuenta, que somos agradecidos (1ª fortaleza del autor), que somos amantes de la belleza, (2da fortaleza), que podemos ser optimistas y esperanzados (8va fortaleza), Espirituales (15/24 puesto), pero que nos faltaría el desarrollo del Sentido del Humor, (19/24),por ejemplo para afrontar a la vida de frente, alegres y en lo posible, sanos. Hoy en dìa, el sentido del humos es mi quinta fortaleza, junto a la creatividad, el aprecio a la belleza y a la justicia.
El conocimiento de nuestras fortalezas de carácter personales, nos da una posibilidad de enfrentar al mundo y colocar a la voluntad a favor, con aquellas que nos son propias y nos facilitan el trabajo. Todas las empresas deberían tener o contar con programas que tiendan a mejorar la salud de su talento humano; todo esto que he narrado, es una vía. Hay tanto que hacer por el bienestar y la salud en la empresas; ojala nos lo dejen hacer...
Alberto
Fuentes:
Wikipedia (2012) Ortega y Gasset. Recuperado el 24 de Junio. Disponible en
YouTube,(2012). Victor Frakl. Recuperado el 24 de Junio de 2012, disponible en
Wikipedia (2012) Martìn Seligman. Recuperado el 24 de Junio de 2012. Disponible en
Navas C, Villegas H (2006) Espiritualidad y Fe. Universidad de Carabobo: Valencia
Tremenda herramienta Beto, tu escrito muy didáctico.
ResponderEliminarOjalá nos lo dejen hacer... Gracias querido Alberto.
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