Por razones más que obvias a raíz de la desaparición física
de mi mamá, he estado recordando varias conversaciones que mantuve con ella
acerca de la espiritualidad, la religión, Dios.
Mi mamá, devota creyente y fiel seguidora de los preceptos de
la iglesia católica, poco sometía a la duda lo que le habían impartido. Nunca
se confrontó ninguno de sus dogmas o misterios. Nunca puso en tela de juicio lo
expresado por el Papa. Creo que ni siquiera lo expresado por el párroco de la
iglesia cercana.
Sin embargo, su hijo (o sea yo), se preguntaba si eso de
sacar a la mujer de los huesos de Adán no era vejatorio a la imagen de la
mujer, claramente de mayor valor que una costilla.
Me preguntaba que podría tener importancia ser concebido por “obra
y gracia” del espíritu santo, cuando la actividad sexual no deja de ser un
regalo de la divinidad para la reproducción de la especie.
Recuerdo su temor al fin del mundo. Alguno de sus mentores le
mencionó que el mundo duraría “mil y tantos”. Su pequeño hijo (naturalmente
yo), se puso a investigar acerca de tan temible e inminente momento. Descubrí
que el Papa Gregorio XIII se le ocurrió en 1582 que estaríamos hoy en el 2016.
Descubrí
también que los chinos dicen que estamos entre 5000 y 6000 años y que según los
judíos, estamos específicamente en el año 5765. ¿A quien le creo pues?
Sin embargo, el cénit de nuestras discusiones llegó al tema
Jesús. Debo destacar que soy católico y que la idea de creer en Jesús me
reconforta y me transmite serenidad.
¿Cómo le podría transmitir a un chino que un ser tipo ediciones Paulinas, de barba rubia, ojos azules y porte de galán podría ser su salvador? Aún si lo cuadramos mas con la realidad, es decir piel aceituna, pelo malo y bajito, sería una idea poco comprable. Es aquí donde entra la espiritualidad versus la religión.
Tal vez fue y es necesario hacer cotidiana la abstracción que
representa Yavé (Él que es o existe por sí
mismo). Una paloma como el espíritu, un ser supremo, el jefe y Jesús como quien se codearía con nosotros. Estoy
seguro que las mismas figuras con otros nombres existen en las diferentes
religiones.
Creo que la divinidad siempre estará en los puntos de
encuentro. En la sabiduría que cada filósofo dedicado a la espiritualidad le
ofrezca al mundo. Todos hablan de seguir un camino virtuoso que conduce a la
omnipresencia, llámese Dharma o Pecado. Todos hablan de unas normas de respeto
al otro, de la civilidad.
Todos hablan de la concordia, de la misericordia, del perdón
y de la gratitud.
Esto lo entendí hace muchos años cuando entre a la capilla de
una clínica, al buscar una pausa en mi trabajo. Me llamó la atención que la
capilla de un centro hospitalario de alto nivel, no contara con cruces, imágenes
y los íconos tradicionales para poder orar.
Súbitamente entendí que esa era precisamente la idea. Un espacio
donde todo el que buscara paz espiritual la pudiera conseguir. Un lugar donde
mi amigo chino, budista, judío o mormón pudieran compartir conmigo la
existencia de Dios.
Cesar Yacsirk
Abril 11, 2016
Cesar, la filosofía de la espiritualidad, me gusta tu planteamiento y tu escritura fluida.
ResponderEliminarEl dia que todos los seres humanos le recemos a un solo DIOS, ¿se acabarían las guerras?
Yo no leo los textos antes de escribir el mío para no sentirme influenciada. Y como ya habrás visto, parece que nos cayó la locha gracias a experiencias parecidas.
ResponderEliminarMuy interesante tu escrito Cesar, muy universal. Quizas estes dando los pasos iniciales del "esperanto" religioso. Saludos
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