lunes, 11 de abril de 2016

Mi Dios te salvará…el tuyo no



Por razones más que obvias a raíz de la desaparición física de mi mamá, he estado recordando varias conversaciones que mantuve con ella acerca de la espiritualidad, la religión, Dios.

Mi mamá, devota creyente y fiel seguidora de los preceptos de la iglesia católica, poco sometía a la duda lo que le habían impartido. Nunca se confrontó ninguno de sus dogmas o misterios. Nunca puso en tela de juicio lo expresado por el Papa. Creo que ni siquiera lo expresado por el párroco de la iglesia cercana.

Sin embargo, su hijo (o sea yo), se preguntaba si eso de sacar a la mujer de los huesos de Adán no era vejatorio a la imagen de la mujer, claramente de mayor valor que una costilla.

Me preguntaba que podría tener importancia ser concebido por “obra y gracia” del espíritu santo, cuando la actividad sexual no deja de ser un regalo de la divinidad para la reproducción de la especie.

Recuerdo su temor al fin del mundo. Alguno de sus mentores le mencionó que el mundo duraría “mil y tantos”. Su pequeño hijo (naturalmente yo), se puso a investigar acerca de tan temible e inminente momento. Descubrí que el Papa Gregorio XIII se le ocurrió en 1582 que estaríamos hoy en el 2016. 

Descubrí también que los chinos dicen que estamos entre 5000 y 6000 años y que según los judíos, estamos específicamente en el año 5765. ¿A quien le creo pues?

Sin embargo, el cénit de nuestras discusiones llegó al tema Jesús. Debo destacar que soy católico y que la idea de creer en Jesús me reconforta y me transmite serenidad.

¿Cómo le podría transmitir a un chino que un ser tipo ediciones Paulinas, de barba rubia, ojos azules y porte de galán podría ser su salvador? Aún si lo cuadramos mas con la realidad, es decir piel aceituna, pelo malo  y bajito, sería una idea poco comprable. Es aquí donde entra la espiritualidad versus la religión.

Tal vez fue y es necesario hacer cotidiana la abstracción que representa Yavé (Él que es o existe por sí mismo). Una paloma como el espíritu, un ser supremo, el jefe y Jesús  como quien se codearía con nosotros. Estoy seguro que las mismas figuras con otros nombres existen en las diferentes religiones.

Creo que la divinidad siempre estará en los puntos de encuentro. En la sabiduría que cada filósofo dedicado a la espiritualidad le ofrezca al mundo. Todos hablan de seguir un camino virtuoso que conduce a la omnipresencia, llámese Dharma o Pecado. Todos hablan de unas normas de respeto al otro, de la civilidad.
Todos hablan de la concordia, de la misericordia, del perdón y de la gratitud.

Esto lo entendí hace muchos años cuando entre a la capilla de una clínica, al buscar una pausa en mi trabajo. Me llamó la atención que la capilla de un centro hospitalario de alto nivel, no contara con cruces, imágenes y los íconos tradicionales para poder orar.

Súbitamente entendí que esa era precisamente la idea. Un espacio donde todo el que buscara paz espiritual la pudiera conseguir. Un lugar donde mi amigo chino, budista, judío o mormón pudieran compartir conmigo la existencia de Dios.

Cesar Yacsirk

Abril 11, 2016

3 comentarios:

  1. Cesar, la filosofía de la espiritualidad, me gusta tu planteamiento y tu escritura fluida.
    El dia que todos los seres humanos le recemos a un solo DIOS, ¿se acabarían las guerras?

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  2. Yo no leo los textos antes de escribir el mío para no sentirme influenciada. Y como ya habrás visto, parece que nos cayó la locha gracias a experiencias parecidas.

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  3. Muy interesante tu escrito Cesar, muy universal. Quizas estes dando los pasos iniciales del "esperanto" religioso. Saludos

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