En torno al tiempo
Autor: Irma Wefer
Lo que define el tiempo son las
experiencias que vivimos dentro de él. Las que sucedieron, las que estamos
viviendo y las que esperamos vivir. Espacios llenos de sentir, de pensar, de
llorar, de reír, de hacer, de destruir, de odiar o de amar. Nosotros
escogemos. Lo que somos lo constituimos
en estos tres espacios, por eso se dice que somos tiempo.
El pasado, nuestra historia, nos relata lo
vivido y la forma como nos relacionamos con lo vivido. Los recuerdos de seres
queridos y lugares que marcaron nuestras vidas. Si cerramos los ojos pensando
en el pasado vendrán multitud de imágenes; experiencias buenas, otras no tanto,
pero todas nuestras. Siempre tenemos el poder de quedarnos con esos recuerdos
que forjamos a nuestra manera. Elegimos la forma en que las vivencias de otros tiempos permanecen
dentro de nosotros. Todos ellos nos enseñan la mejor y peor parte que tenemos
para entender quiénes somos verdaderamente. Enseñarnos qué aprendimos y qué nos
falta por aprender.
El presente es tiempo que nos confronta, nos exige. Tiempo
de acción y reflexión. Actuamos en él según lo que construimos en el pasado,
pero teniendo siempre la voluntad de elegir entre lo que hemos construido y lo
que seguiremos construyendo. Si ese que fuimos en el pasado es aceptado y
amado, seguiremos haciéndolo crecer. Si es rechazado, es tiempo de cambio y
reconstrucción. Tiempo de hacer para construir.
El futuro siempre será incierto en cuanto a las circunstancias que nos rodean, pero no para quienes somos.
Tiempo de confiar en nosotros, en nuestra honestidad con la vida, en nuestra
lealtad con los seres queridos, en la autenticidad de nuestros propósitos. Tiempo
no vivido aún pero cargado de esperanza.
Me pregunto ¿somos tiempo? Sí, el que hemos
edificado desde adentro, nunca el que intenta hacernos desde afuera.
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