Sugiero que oigan la canción … saladísima, por lo
demás!
Recuerdo que en mi infancia, se escuchaba a
menudo una canción que se llamaba “cabeza de hacha”. En mis pueriles enredos
mentales, me preguntaba que significaba aquéllo. La canción, por lo demás, era
pegajosa, y la gente la bailaba con mucho son, lo que me hacía suponer que la
canción era alegre. Pero había algo que me llamaba la atención en mis
divagaciones infantiles, y era una parte de la letra que decía “ arrastrando esta cadena tan fuerte hasta
que mi triste vida se acabe”.
Realmente no lograba engranar el ritmo sabroso de
aquella melodía y el algarabío que se formaba cuando la tocaban, con la tribulación
que emanaba de la letra y de las voces de aquellos cantantes del conjuntico pueblerino
y campechano de mi pueblito natal. ¿Por qué, me preguntaba, por qué tenía que
arrastrar una cadena tan fuerte? ¿Hasta que su vida se acabara? Y yo me
imaginaba la propia cadena atada a los pies de ese pobre lugareño que sufridamente
tenía que arrastrarla. No, no lograba entender tanta penuria. Y también el
cantante aludía a aquéllos martirios que él había estado soportando. ¡Uy! Y a
mí que la palabra “soportar” me producía escalofríos. No, yo no quería soportar
nada, lo mío era jugar, cantar, vivir.
Y por otra parte, nunca entendía que significaba
“cabeza de hacha”, no lograba imaginarme eso, y ahora, tratando de buscar
significadosde “hacha”, me topé con la sorpresa de que entre ellos, surgió como
de la nada, ese de “brillante”. Me imagino que quien escribió la canción no
conocía esta inflexión, pero me atrevo a concluir que el señor de la canción no tenía nada de hábil,
cuando decidió arrastrar esas cadenas hasta que su triste vida se acabara.
Hoy en día, después de haber vivido tanto, y con
la mente aderezada con algunas otras versatilidades, me pongo a meditar al mejor estilo de
Mafalda, y he llegado a la conclusión de que aquella canción que tanto ruido me
hacía en mi cabecita loca, sigue generando en mí el mismo zumbido. ¿Por qué, me
pregunto, nos empeñamos en arrastrar las cadenas o “llevar la cruz a cuestas”,
como decía mi abuela, si la vida es tan bella?
No, “no
concibo que todo acabó”, como dice la canción, al contrario, el horizonte
se descubre ante nosotros cada día ofreciéndonos miles de posibilidades. No nos
dejemos entrampar por esos miedos infames, activémonos para evitar que nos
convierta en prisioneros. “Una cosa son los miedos y otra es ser cobarde”, eso
se decía la niña en su cabecita enmarañada, y eso decimos hoy que hemos vivido
una vida bamboleante, que andamos por caminos más intrincados, pero que sabemos
engranan perfectamente con sus cadencias y sus compases en ese torbellino existencial
que llamamos vida. No,”yo no me voy de
esta tierra y adiós”, yo me quedo con ustedes, mis amigos, a vivir, a disfrutar
de todas esas emociones compartidas que nos hacen tan felices.
Nancy Gutiérrez
JJJ
Que ya me voy de esta tierra y adiós
buscando yerba de olvido olvidarte
a ver si con esta ausencia pudiera
en relación a otros tiempos olvidarte
He vivido soportando martirios, martirios
jamás debo de mostrarme cobarde
arrastrando esta cadena tan fuerte
hasta que mi triste vida se acabe
buscando yerba de olvido olvidarte
a ver si con esta ausencia pudiera
en relación a otros tiempos olvidarte
He vivido soportando martirios, martirios
jamás debo de mostrarme cobarde
arrastrando esta cadena tan fuerte
hasta que mi triste vida se acabe
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