viernes, 21 de septiembre de 2018




Cabeza de hacha

Sugiero que oigan la canción … saladísima, por lo demás!

Recuerdo que en mi infancia, se escuchaba a menudo una canción que se llamaba “cabeza de hacha”. En mis pueriles enredos mentales, me preguntaba que significaba aquéllo. La canción, por lo demás, era pegajosa, y la gente la bailaba con mucho son, lo que me hacía suponer que la canción era alegre. Pero había algo que me llamaba la atención en mis divagaciones infantiles, y era una parte de la letra que decía “ arrastrando esta cadena tan fuerte hasta que mi triste vida se acabe”.

Realmente no lograba engranar el ritmo sabroso de aquella melodía y el algarabío que se formaba cuando la tocaban, con la tribulación que emanaba de la letra y de las voces de aquellos cantantes del conjuntico pueblerino y campechano de mi pueblito natal. ¿Por qué, me preguntaba, por qué tenía que arrastrar una cadena tan fuerte? ¿Hasta que su vida se acabara? Y yo me imaginaba la propia cadena atada a los pies de ese pobre lugareño que sufridamente tenía que arrastrarla. No, no lograba entender tanta penuria. Y también el cantante aludía a aquéllos martirios que él había estado soportando. ¡Uy! Y a mí que la palabra “soportar” me producía escalofríos. No, yo no quería soportar nada, lo mío era jugar, cantar, vivir.

Y por otra parte, nunca entendía que significaba “cabeza de hacha”, no lograba imaginarme eso, y ahora, tratando de buscar significadosde “hacha”, me topé con la sorpresa de que entre ellos, surgió como de la nada, ese de “brillante”. Me imagino que quien escribió la canción no conocía esta inflexión, pero me atrevo a concluir que el  señor de la canción no tenía nada de hábil, cuando decidió arrastrar esas cadenas hasta que su triste vida se acabara.

Hoy en día, después de haber vivido tanto, y con la mente aderezada con algunas otras versatilidades,  me pongo a meditar al mejor estilo de Mafalda, y he llegado a la conclusión de que aquella canción que tanto ruido me hacía en mi cabecita loca, sigue generando en mí el mismo zumbido. ¿Por qué, me pregunto, nos empeñamos en arrastrar las cadenas o “llevar la cruz a cuestas”, como decía mi abuela, si la vida es tan bella?



No, “no concibo que todo acabó”, como dice la canción, al contrario, el horizonte se descubre ante nosotros cada día ofreciéndonos miles de posibilidades. No nos dejemos entrampar por esos miedos infames, activémonos para evitar que nos convierta en prisioneros. “Una cosa son los miedos y otra es ser cobarde”, eso se decía la niña en su cabecita enmarañada, y eso decimos hoy que hemos vivido una vida bamboleante, que andamos por caminos más intrincados, pero que sabemos engranan perfectamente con sus cadencias y sus compases en ese torbellino existencial que llamamos vida. No,”yo no me voy de esta tierra y adiós”, yo me quedo con ustedes, mis amigos, a vivir, a disfrutar de todas esas emociones compartidas que nos hacen tan felices.


Nancy Gutiérrez

JJJ


Que ya me voy de esta tierra y adiós 
buscando yerba de olvido olvidarte 
a ver si con esta ausencia pudiera 
en relación a otros tiempos olvidarte 

He vivido soportando martirios, martirios 
jamás debo de mostrarme cobarde 
arrastrando esta cadena tan fuerte 
hasta que mi triste vida se acabe 

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