La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha venido alertándonos desde hace muchos años, que si no cambiamos el sentido hacia dónde vamos, para el 2020, la depresión será la enfermedad más frecuente, por encima de cualquier otra.
Pero Venezuela, en otro logro del proceso, se ha adelantado a la fecha y su población ya está alcanzando los niveles de depresión más altos del continente. Para los millones de compatriotas que no pueden satisfacer sus necesidades básicas de alimentación, salud y seguridad, la situación es insoportable y es fácil caer en ese foso de la depresión. Para esos que sienten que las condiciones en nuestro país se aproximan a aquellas horribles de los campos de exterminio nazis, comparto el testimonio de alguien que vivió más de tres años en uno de ellos y que estudió e hizo seguimiento al comportamiento y actitud de los prisioneros. Se trata del Dr. Viktor Frankl, psiquiatra y escritor, que fue internado durante la II Guerra Mundial en Auschwitz. Por su formación científica, sus conocimientos en psiquiatría y el haber vivido la experiencia en su propio ser, merece que se le escuche.
Sus reflexiones las dejó plasmada en el libro "El hombre en busca de sentido". Todo un mensaje a favor de la dignidad y la libertad del hombre, de los valores humanos y la esperanza, que resultan pertinentes para cultivar una actitud positiva ante desgracias como las que actualmente vivimos.
En sus estudios consiguió que los que sobrevivieron no fueron los que se encontraban en mejores condiciones físicas, sobrevivieron los que mantuvieron un anhelo y un deseo de vivir. El prisionero que perdía la fe en el futuro -su futuro- estaba condenado. Relata un caso de un prisionero con tifus avanzada y a punto de morir, que le confiesa que tuvo un sueño que le decía que el 30 de marzo terminaría la guerra, sería liberado y acabaría su sufrimiento. Para ese momento se iniciaba febrero, y el prisionero retomó un aspecto optimista, estaba convencido de la certeza del sueño. El 30 de marzo llegó y no hubo liberación, al siguiente día comenzó a delirar y falleció. La honda decepción que le produjo no ser liberado en el día señalado le ocasionó la muerte. Su sistema inmunológico se debilitó, dejándolo a merced de la infección tifoidea latente. La verdadera razón de la muerte es el abandono de toda y cualquier esperanza.
Explica entonces el doctor Frankl, que para restablecerle la fortaleza interior a los prisioneros era importante comenzar por proponerles una meta futura, un objetivo concreto, algo que le diera sentido a sus vidas. Y destaca: "Los prisioneros más aptos para la supervivencia resultaron ser aquellos a quienes esperaba alguna persona o les apremiaba la responsabilidad de acabar una tarea o cumplir una misión".
Son muchas las lecciones que podemos extraer de sus estudios, pero para el drama que estamos viviendo en Venezuela, esa observación, de que se debe lograr mantener esa fortaleza interna que es la que nos impulsa a seguir adelante sin desfallecer y sin caer en la desesperanza, es fundamental. Es necesario buscar y conseguir esa aspiración, ese compromiso, ese objetivo por el cual estamos dispuesto a luchar y hasta morir si es necesario.
Cuando por las noches nos invadan el miedo y el pesimismo, y por whatsapp nos bombardeen con los escenarios más fatalistas, intentemos pensar en aquella Venezuela alegre que nos hizo tan felices y en todo aquello que anhelamos ver, una vez finalizada esta horrible pesadilla.
En un país de tantas carencias abundan los anhelos. Visualicemos el reencuentro con nuestros hijos, ya sea aquí o allá, como lo pueden hacer los ciudadanos libres de los países modernos y civilizados.. Imaginemos la Venezuela que nos secuestraron, aquella honesta y trabajadora.
Todo eso nos insuflará coraje y encenderá esa llama interna de querer vivir y luchar. No desfallezcamos ni nos rindamos. Sintamos el deseo de vivir para ver la recuperación del país No nos podemos perder el final de la película, ahora que está tan cerca. No le pongamos fecha a la esperada liberación, el momento llegará y seremos testigos de primera fila.
Hay mucha sabiduría en las palabras de Nietzsche: <<El que tiene un "porqué" para vivir, puede soportar cualquier "como">>
Lionel Álvarez Ibarra.
Abril 2019
No hay comentarios:
Publicar un comentario