Ese fin de semana tenía una fiesta y decidí comprarme un traje nuevo. Llegué a la tienda y de inmediato la vendedora, una agradable joven, bella y atractiva, me atendió. Me mostró diferentes modelos, y a todos, como tratando de halagarme, decía que me quedaban muy bien. Luego de escoger el que me llevaría, me dijo que iba a necesitar una corbata, y fue cuando me preguntó: ¿Usted es moderno o conservador? Viéndola de nuevo, "de cabo a rabo", y deteniéndome un poco en esa última parte, le respondí que era muy moderno.
Ese sábado asistí a la fiesta y gocé como nunca (o como siempre), y aunque escuché comentarios positivos sobre mi "moderna corbata", no influyó para nada en el agradable momento que compartí, y que me hizo disfrutar del "espíritu joven" de amigos y familiares.
Los señuelos de la publicidad son muy efectivos ¡Luzca más joven! ¡Véase más joven! Proliferan muchos en cosméticos y prendas de vestir. Podemos así conseguir a Clotilde, una señora ya mayor, luciendo una minifalda y mostrando lo poco que queda de atractivo de sus canillas, persuadida de que es la moda. O a Don Fulgencio con tatuajes y llevando la camisa por fuera porque así la llevan sus nietos, y se junta con los muchachos (así no sea bienvenido) porque eso lo hace lucir más joven. De todo hay en la viña del señor y cada quien es libre de hacer lo que le plazca. En las enseñanzas de Coaching aprendemos que no debemos agregar salsa de "AJO" en nuestros acompañamientos. En otras palabras, no debemos Aconsejar, ni Juzgar, ni Opinar.
En una oportunidad, en un viaje de negocios, me acompañaba una colega, y a ella le encantaba comprar esas revistas como Cosmopolitan y Vanidades. Tuvimos un atraso en nuestro vuelo, y fue tan largo que terminé leyéndome sus revistas. Allí me enteré, que una de las zonas que más delata la edad de la mujer es el cuello, y aconsejaban llevar bufandas y pañuelos para cubrirlo. Me puse a observar a la gente en la sala de espera, y cada vez que veía a una mujer con su pañuelo enrollado en el pescuezo, hacia ejercicios de estimaciones de su edad; así se me hizo más corta la espera en el aeropuerto.
Pero una cosa es el cuerpo y otra el espíritu. El cuerpo es materia y su envejecimiento no lo podemos evitar de un todo. El cuerpo joven va perdiendo fortalezas, el espíritu joven se alimenta de fortalezas. ¿Cuáles son esas fortalezas? Esas no las anuncian en las revistas, las tiene usted disponible, pues muchas vienen incorporadas de fábrica y las consigue muy dentro de sí mismo. Puede ser su amabilidad, su sentido de humor y su inteligencia emocional. Su liderazgo, humildad, prudencia. Su creatividad o amor por el conocimiento. Todas contribuyen a alimentar ese espíritu joven, a pesar de que el cuerpo físico vaya mermando sus fuerzas.
Que un muchacho o muchacha muestre un espíritu joven no llama la atención, total, es lo que se espera a esas edades. Cuando se manifiesta a edades más avanzadas, eso si es de interés y de admirar.
Por supuesto que es importante mantenerse actualizado, tanto en la moda como en la tecnología y el conocimiento, socializando con amigos, cuidando su buena alimentación y su espiritualidad, sus hábitos saludables, su actividad física y manejando adecuadamente el estrés. Pero ¿De que le vale a una persona "lucir más joven" si mantiene una actitud amargada, criticando y quejándose, que hasta sus propios allegados le sacan el cuerpo? ¡Se ha vuelto puro envoltorio!
El espíritu joven no se puede comprar, emerge desde muy adentro. No es necesario teñirse el cabello o maquillarse, ni de cirugías plásticas ni vestir a la moda. No es cuestión de "lucir un espíritu joven", lo importante es tenerlo verdaderamente.
Puede mostrar con orgullo sus canas plateadas o sus líneas de expresión. Con la camisa por dentro o por fuera. Nada de eso es relevante. Cuando su espíritu es joven, sus amigos y familiares, independiente de sus edades, desean escucharlo y tenerlo cerca. Su presencia es apreciada y bienvenida. El espíritu joven no tiene disfraz, es auténtico, no se puede simular. Es su actitud hacia la vida, que la manifiesta con optimismo y entusiasmo. Sus relatos, opiniones y comentarios están llenos de sabiduría y expresados de manera asertiva. Su conversación es amena y agradable, y en su rostro, por lo general, dibuja una sonrisa.
¡Viva y disfrute de su espíritu joven, y no sólo de su apariencia juvenil!
Lionel Álvarez Ibarra
Abril 2020
Querido Lio, tú eres el prototipo del Espíritu joven y positivo. Gracias por tu excelente escrito.
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