ESPÍRITU ESPIRITUAL
Si pudiera contar mis pasos caminados,
trotados y suspendidos en el tiempo.
Si pudiera clasificarlos y
archivarlos,
verían que mi cuerpo va envejeciendo,
pero mi huella va en sentido reverso.
Vendavales aciagos han surcado mis
sienes,
sus coletazos arrugaron mi piel,
pero me sostiene el macizo de mis
cimientos,
la ubre del amor colgada en mi casa,
la mano de Dios y su bendición
inmediata.
Yo le di a la desesperanza,
un boleto de ida sin retorno.
Solté las persianas del olvido
y me quedé con los embriones de la
paz,
grandes sanadores de las heridas de
mi alma.
Yo caminé al revés por la vida.
Nací vieja, con el abrazo del aire,
con mis pies plantados en tierra
negra,
amamantando los pezones del amor,
como potaje y abono abundante.
Los años me han ido reverdeciendo.
Mi espiritualidad es cada día más
frondosa,
me salva de las heridas del tiempo,
hace mis cruces más livianas
y mis conflictos menos dolorosos.
Quiero mezclar mi alma vieja,
con mi alma de niña, traerla de
vuelta
y encadenarla en mi pecho,
solazarme en su inocencia y
sentir mi aire entre nubes y cielo.
Lo que me queda de camino,
lo sueño, hondamente espiritual,
con abundancia de amor, humor,
alegría
y mi canasta de afectos rebosando.
Mi espíritu cristalino y más espiritual
que nunca.
Gudelia
Cavero Hurtado
Gracias Gudelia por tu poesía, como siempre, bella y sabia. Y tu huella va en reverso! Como la guagua de Juan Luis Guerra!
ResponderEliminarGracias por compartir e iluminarnos con tu espíritu joven
Que Dios te bendiga.
Lio, gracias por tus comentarios y por leerme
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