domingo, 26 de enero de 2025

Apreciación de los Zamuros / Carmen Lucía Rojas

Me disculpan los zamuros, por mi inculta imprecisión cuando me engañan con su apariencia junto con buitres, cóndores y hasta con los cuervos.

Despertaron mi curiosidad la primera vez que escuché la palabra carroña.

Están presentes en una de mis fascinaciones, los juegos con las palabras y el lenguaje, pues aparecen en varios refranes y analogías.

Por cierto, no compaginaba en mi razón la asociación que se hace de ustedes con la suciedad, putrefacción y corrupción.


Los recuerdo con diversión por su aparición estelar en la película El Libro de la Selva: “¿qué vamos a hacé? ¿No sé, qué quieres hacé? “¿qué vamos a hacé? No sé, ¿qué quieres hacé?


Muchas veces los vi posados en los postes de luz de la Avenida Río de Janeiro en Caracas, sin que ese tamaño y esa altura los minimizara. Los extrañé, los días que pasé por ahí y no estaban.


Confieso que las veces que se posaron en mi jardinera, no me apuraba a espantarlos, pues me gustaba observarlos y detallarlos.


Practico mindfulness contemplando su vuelo circular, siempre en grupo, en pleno despliegue de alas y liviandad.


Puedo contar que hace unos días justo antes de que fueran el tema del mes, aparecieron y me conmovieron en un video donde un par exhibía una hermosa danza, uno con alas abiertas y su pareja con alas cerradas.


Vaya pues, mi reconocimiento a ustedes, queridos zamuros, sin temor a desentonar por apreciar su majestuosidad.


sábado, 25 de enero de 2025

El zamuro/Angel Ceballos

 

CLUB DE ESCRIBIDORES DE SOVEPPOS – TEMA MES DE ENERO 2025

El Zamuro, una desprestigiada ave con vuelos de alturas”.

¿Podemos reescribir a esta ave, de mala reputación, sin prejuicios, en términos positivos?.¿Qué aspectos despierta en ti?

Mis “lápices, esta vez voladores  ¡Vaya que tema! que nos envía Don Martin,  para volar a  espacios nauseabundos con seres que a primera vista, lo que despiertan y generan es un desprecio carroñero, al verlos alimentándose de animales muertos y cadáveres  en descomposición que nos generan instantáneamente rechazo visual y emocional, Pero, pero,  ciertamente, en esa tarea intimidante, también vemos que ellos evitan la propagación de enfermedades, pues muchos de los virus y las bacterias que ellos consumen mueren por el ácido potente presente en sus estómagos.

Realmente es difícil identificar “al rompe” aspectos positivos, adicional al mencionado, pero indagando apreciativamente, como quiere Martin, y como debemos mirar la vida y los que hemos navegado por los mares de la PP, (No ver primero las flores caídas del jardín, sino su belleza floral presente) me encontré con capacidades invalorables que me hizo cambiar mi paradigma de estas despreciables criaturas, que suelen medir 75 cm de longitud  con envergadura de 1,69mts. (mi altura)

¡*¿Qué lecciones que podemos aprender del zamuro?*

  • Su Adaptabilidad:Los Zamuros son maestros del manejo del ambiente. Se alimentan de una amplia variedad de carroña y pueden sobrevivir en diversos entornos. Esto nos puede enseñar, para sobrevivir, a ser flexibles y a encontrar oportunidades en situaciones difíciles.
  • Paciencia:Son maestros de pasar horas, sin afán,  planeando el cielo, esperando el momento preciso para alimentarse. Esta paciencia nos puede enseñar a esperar que “todo momento” tienen su ritmo y debemos esperar el momento adecuado y a no apresurar las cosas.
  • Observación: Los zamuros tienen una visión excepcional y son capaces de detectar carroña desde grandes alturas. Esta habilidad nos invita a estar “pilas” y ser más observadores que receptores prestando más atención a los detalles “florecientes”, usando el PERMA en nuestra vida.
  • Resiliencia: Los zamuros son aves fuertes y resistentes, capaces de soportar condiciones climáticas extremas. Este fortaleza nos enseña a superar los obstáculos y a seguir adelante a pesar de las adversidades.
  • Valoración de lo simple: Los zamuros encuentran satisfacción en cosas que a otros les pueden parecer indeseadas, desagradables y ofensivas. Esto nos recuerda que la felicidad no siempre se encuentra en las grandes cosas, sino en apreciar lo más sencillo y en lo que tenemos.

En resumen, estas aves depreciables  nos pueden enseñar a encontrar belleza en lo inesperado y a aceptar el ciclo natural de la vida. Y les confieso, es exactamente lo que estoy necesitando hoy en día para aceptar y adaptarme y mi nueva vida americana y octogenaria que estoy comenzando disfrutar.  Hasta pienso comprarme un “zamurito” como mascota o amuleto (llavero) que me refresque sus capacidades. Gracias Martin, como siempre, nunca creo en las coincidencias y tu tema me abrió más el entendimiento.

Angel Rafael Ceballos

las dos caras del zamuro/María Elena Garassini

 Las dos caras de El Zamuro: no todo lo oscuro es malo

 Siempre que nos ponen un reto de escritura, leo un poco en busca de la musa para escribir. Ante el reto de este mes de Martín hice lo propio con el Zamuro iniciando con información interesante del mismo.

El buitre negro americano(Coragypsatratus), que en Venezuela llamamos Zamuro tiene muchos nombres como: suchazopilotechulo, chulagolero,chombogallinazogallinazo de cabeza negragallinazo negrojote cabeza negragallotegolerozamuro o zopilote negro.

El nombre genérico del Zamuro es "buitre" que se deriva de la palabra en latín vultur, que significa "destrozador" y es una referencia a sus hábitos alimenticios.El nombre de la especie, atratus, significa "vestido de negro",tomado del latín ater 'negro. El nombre de la familia, Cathartidae significa "purificador" y es también un derivado del griego kathartēs/καθαρτης.El nombre común zopilote viene del náhuatl tzopilotl, donde tzotl significa inmundiciapilotl colgar, haciendo referencia a que “al volar llevan colgando de sus garras la carroña”.

Como otros buitres, juegan un papel importante en el ecosistema al eliminar la carroña que de otra manera sería terreno fértil para enfermedades. El buitre negro americano también se alimenta ocasionalmente de ganado o de ciervos. Al faltarle la siringe —órgano vocal de las aves— solo produce gruñidos o siseos de frecuencia baja.

Planea alto al buscar comida, sosteniendo sus alas horizontalmente cuando se desliza. Aletea acelerando brevemente seguido por periodos cortos de deslizamiento.Su vuelo es menos eficiente que el de otros buitres, ya que las alas no son tan largas, formando una menor superficie para planear. El buitre negro americano es muy sociable, y se reúne con grandes grupos.En áreas donde su localización coincide, el buitre negro, se posa en ramas desnudas de árboles muertos.

Una vez que logré caracterizar a nuestro Zamuro lo siento un hermano americano que habita y vuela con nosotros, y para nosotros, comiéndose la carroña que es parte de nuestros ecosistemas, y su reintegración al ciclo, es un aporte importante de los amigos carroñeros.

 

Su vuelo planeado, que inspira paz y seguridad, es un regalo para nuestros cielos azules, así como su vivencia grupal que hace honor a las bandadas que nos dicen que la vida en grupo es mejor para todos.

El zamuro, vestido de negro, que para todos el fúnebre, está despertando en mi una apreciación, más allá del sentimiento popular de pájaro de mal agüero , o de pájaro de la basura. Lo primero que quiero contarles es que mi nieto Rodrigo, con el cual interactué mucho en estas recién terminadas vacaciones decembrinas, es fanático del color negro, dice que es su color favorito, de él y de su amigo Boris. Por casualidad yo le regalé un cuento sobre los colores, precioso por cierto, donde reivindicaban y hacían anécdotas de todos los colores, incluyendo el negro. Y cuando se lo leí, por supuesto le encantó, y me pidió todos los días que estuvimos juntos, que se lo leyera. En fin, revaloré el negro, y por extensión , escribiendo esto, a los zamuros y su plumaje.

Quiero ser Zamuro y Guacamaya sin vergüenza de combinar el yin y el yan de ambas aves, se puede ser alegre, vistoso y cantor, pero también se puede ser sobrio, carroñero, vivir en grupo, en fin ser de todo un poco, y no pasa nada, siempre que hagamos el esfuerzo de convertimos en  nuestra mejor versión.

Aprovecho este escrito para agradecer a todas las aves de nuestro club de escribidores por su presencia en mi vida, donde un aves al mes nos encontramos en el cielo de las letras para compartir nuestra esencia, esencia que combina aves diversas, tropicales, venezolanas, caraqueñas, nuestras…

María Elena Garassini

 

Amor en Blanco y negro/Alberto Lindner

Amor en blanco y negro

Ernesto estaba enamorado de Amelia. Era un amor puro y desinteresado. El la había descubierto un día, montado en el techo de una casa vecina. La miró de reojo,  ella se dio cuenta y salió desplumada y se refugió en su casa. La casa de Amelia era de tamaño regular y la verdad es que vivían puras hembras. Tenía una puerta grande que cerraban de noche y cada una de las chicas tenía su propia cama, eran como diez.

En la mañana muy temprano se despertaba con hambre y sed y salía apuradita hasta el bebedero. Pero ahí está él con su mirada de reojo. Esta vez no se asustó tanto, y se quedó, chequeando cada cierto tiempo que seguía en el techo, no se le ocurriera bajar.

-Me mira mucho, ¿será que ya le intereso?, se preguntó el

Y en ese juego de miradas se quedaron toda la mañana y a Ernesto se le olvidó que había que comer. Y así pasó por varios días, entre la noche y el amanecer. Se miraban de reojo; uno porque pensaba que lo quería y ella por temor. Esta relación imaginaria tenía solo un problema; que Amelia era una gallina y Ernesto, un zamuro.

Amelia era una gallina blanca, grande, robusta, como de 4 kilos, con un plumaje perfecto, limpio y ordenado. Nunca había conocido el amor pues el gallo del gallinero se desapareció un día, al atardecer. Entre las gallinas se rumoraba que lo había cogido un ave negra y fea. (Pero la verdad es que fue un gavilán). Ernesto por su parte, era largo y delgado, todo negro como la noche sin luna (diría un poeta). Además, tenía una cosa babosa en la cara que le colgaba y, hacía un ruido muy extraño.

Cuando las gallinas entraban en su casa al atardecer, Ernesto salía a dar una ronda por lo cercano; a veces comía y a veces no. Se puso más delgado y un poco desplumado. Cuando llovía, se mojaba y al dejar de llover, extendían las alas para secarse al sol. Comentaban de lo guapo que se había vuelto el pájaro negro, y de tanto estar, se sentían seguras de algunas alimañas,  de las ratas y rabopelados.

De tan flacucho, Ernesto se quedó dormido y cayó del techo directo a un cuñete de pintura blanca. Estaban pintando la fachada de la casa en cuyo techo, dormía.  Ernesto estaba todo pintado y como pudo subió volando al techo y extendió sus alas. El tema es que las pinturas de aceite se secan al sol. Al tiempo, en que Ernesto se trataba se secar, la pintura se volvía de piedra. Visto desde el gallinero, el zamuro blanco con las alas extendidas, parecía de magia, un ave especial, protectora. Imaginen la escena del techo con tal escultura viéndolas. Ernesto, la verdad, no pudo moverse tras secarse la pintura. Amelia por primera vez, sintió un amor profundo

¿Y cómo termino este cuento?, le pregunté a mi sobrino, que es un sabio y él me dijo,

-Di que Ronaldo regresa al Real Madrid y Messi al Barca.  Todo vuelve al origen-

 

PD: Interpreto de este final, que no es posible un amor entre una gallina y un zamuro. Punto. Y aunque se pinte de blanco, aunque algunos dicen que vivieron felices y comieron perdices (En Venezuela, no hay)

Alberto

Estan de moda las historias eclécticas

viernes, 24 de enero de 2025

Los zamuros/Lila Vega

 En los tiempos de la pandemia, mis espacios laborales cambiaron. Aunque muchos trabajaban desde la casa, a unos cuantos nos tocaba ir. Pasamos de tener oficinas cerradas a usar los espacios más abiertos que daban a los jardines de la edificación 

Teníamos la suerte de ir a trabajar, no estábamos encerrados y aislados como otros,  pero teníamos miedo.  En los ratos libres nos reuníamos en los espacios abiertos y observábamos lo que la naturaleza tenía que ofrecer.  
Un día, al final de la tarde, unos compañeros saludaron a lo lejos a un zamuro cojo, Canuto le decían. 
A esos jardines llegaban coloridas guacamayas, halcones señoriales, vigorosos y veloces colibríes, oropéndolos con sus bellas colas negro amarillas… ¿y la mascota era ese zamuro lisiado?

Confieso que los zamuros no me parecían aves agraciadas.   Recuerdo que en las comiquitas de mi niñez eran representados como animales algo tontos y poco nobles. Nunca imaginé llegar a apreciarles. 
Pero me maravillé y enternecí con la relación que el pequeño y maltrecho zamuro tenía con ellos, lo que significaba. 

Esperaban su llegada todos los días.  Le veían montarse en el techo, comer alguna que otra cosa, ahuyentar a los gatos cuando estos se atrevían a acercarse y sentirse dueño del lugar. 

Desde ese día me caen bien.  “La belleza está en los ojos de quien la mira” dijo Shakespeare. Mis compañeros estaban llenos de belleza y la compartieron conmigo.

Diego y el zamuro/Jesucita Peters

Autor: Jesucita Peters Salcedo

Fecha: 25-01-2025


Tema:

“Diego y el Zamuro”


Diego era un niño de 9 años, alegre, vivaracho, curioso y observador, nacido en una familia de los llanos venezolanos, él era el tercer hijo de su familia, sus padres se dedicaban a la agricultura del ajonjolí y a la cría de cabras por generaciones.


Dentro de sus familiares tenía un tío llamado Raúl  hermano de su papá, al cual admiraba mucho, este trabajaba de maestro en la escuela del pueblo, para Diego el tío era un prodigio, ya que al hacerle preguntas le daba respuestas a sus múltiples interrogantes que le surgían en el trayecto de su corta edad, escuchaba  con atención todas las explicaciones que le daba sobre algún tema de su interés, es decir, este se había convertido en su mentor.


Como todos los pueblos llaneros de Venezuela con su clima por lo general cálido y de costumbres ancestrales arraigadas, un día cualquiera, al amanecer ya con el canto del gallo dándole la bienvenida al nuevo día, en conjunto con el olor del café esparciendo su aroma por la casa, anunciando que ya debemos levantarnos para nuestros quehaceres y Diego no podía quedarse atrás, pues debía ir al colegio para agudizar su conocimiento y aprendizaje sobre los distintos asuntos de   la vida

 

Diego  debía caminar hasta el colegio como 25 minutos desde su casa ya que este quedaba a las afueras del pueblo, en ese trayecto descubrió un atajo que según él lo llevaría más rápido. En su camino se topó con   sembradíos, quebradas poco profundas, perros callejeros que le ladraban al verlo, también habían   muchos arbustos y árboles frondosos  y un sonido ensordecedor de las chicharras que allí se encontraban; no muy lejos diviso  un lugar donde el pueblo depositaba la basura para luego quemarla, como es usual en los pueblos del interior de nuestro país. Cerca del basurero se detuvo a ver un grupo de aves negras las cuales sobrevolaban en forma circular desde la altura, otros se posaban sobre los árboles cerca del basurero y las otras picoteaban aquí y allá sobre los desperdicios. Los observó con detenimiento y con un poco de miedo, despertando en él la curiosidad por saber un poco más sobre estas aves, de aspecto poco agraciado. Al darse cuenta de la hora, tuvo que correr apresuradamente para llegar al colegio a tiempo para comenzar sus clases.


Quedó muy intrigado sobre estas aves, pero el que le daría información sobre ellas era su tío Raúl y como siempre se fue a la  casa  de su abuela  Hortensia que era donde vivía su tío y lo esperó que llegase de dar sus clases, mientras esperaba, su abuela le ofreció arepitas de anís con queso blanco llanero rayado,  se deleitó comiéndolas y hablando amenamente con su abuela, le gustaba compartir con ella porque siempre  le daba cosas ricas para comer. Tuvo que dejar que su tío se bañara y comiera para luego sentarse en un mecedor de madrea de color marrón que estaba cerca de la ventana que daba a la calle, Diego se sentó junto a él para  comenzar a hacer sus preguntas.


Tío Raúl que sabes sobre los zamuros?
Raúl: Y eso sobrino, por qué quieres saber sobre estas aves.
Diego: Es que me parecen aves misteriosas.

Querido sobrino tú siempre con la cosquillita de la curiosidad, cosa que me agrada mucho de ti, ya que eso te ayuda a saber de varios ámbitos de la vida.
Raúl se frota la cabeza y comienza a contestarle a Diego.

Querido sobrino por lo general el zamuro es asociado con suciedad, cosas en descomposición, con ambientes pocos gratos. Sin embargo, al analizar sin prejuicios sobre ella, nos damos cuenta de su papel en el ecosistema y su función estratégica al ser un ave carroñera, como es capaz de limpiar de desechos el medio ambiente. A menudo es asociado con personas poco escrupulosas y se les dice parecen zamuros, es decir, persona aprovechada y oportunista que agarran lo que pueden, sin ver para atrás. Se puede decir, que al ser aves carroñeras permiten que el hábitat esté limpio, observándolas con detenimiento son aves poco atractivas, el color de su plumaje es de un color negro muy brillante, al extender sus alas planean de manera majestuosa.
En la santería el zamuro ocupa un lugar privilegiado, porque dice la mitología que (Oshun) salvó al mundo convertido en zamuro, ya que llega al creador (Olofi) para evitar la destrucción de la humanidad por sus pecados , aquí la visión del zamuro es de salvador.
En algunas culturas se le dice zamuro a las personas bobas, tontas, estúpidas, cretinos, etc., Su presencia es presagios de muertes tortuosas o situaciones caóticas.

Es un tanto difícil sobrino hablar o asignarles aspectos edificantes a estas aves, pues a lo largo del tiempo en nuestras culturas ha estado asociado a cosas poco agradables.
Si yo te pidiera Diego que le asignaras cosas buenas a esta ave que dirías en función de lo antes dicho.


Diego abre sus ojos desmesuradamente  y comienza a pensar que le dirá a su tío sobre toda la información que le dio, bueno tío yo pienso que:


El Zamuro  tiene la tarea de hacer el ambiente más placentero al engullir las carroñas que enrarecen el aire.
El Zamuro si algo yo quisiera de ti, es poseer la capacidad de volar en círculos y poder visualizar el todo y sacar el mejor provecho de ello.
El Zamuro   la semejanza que tenemos los humanos con estas aves es que son gregarios cómo nosotros, por lo general andan en grupos.
El Zamuro dicho popular, estás en pico de zamuro (cosa casi perdida para siempre) es decir, podemos hacer analogías en función de su comportamiento.

Diego consideró que con la información que había obtenido de su tío en relación a los zamuros, podía observarlos con más detenimiento a ver si encontraba alguna otra bondad que pudiéramos asignar a estas aves llamadas Zamuros. Satisfecha su curiosidad  le pidió la bendición a su abuela y a su tío y se fue corriendo a su casa a descansar  ya que para mañana pensaba levantarse más temprano para profundizar en su observación sobre los zamuros. Se acostó y pidió la bendición a su   mamá y su papá, hasta mañana.

EL CUARTETO DE AMIGOS ZAMUREANDO

Autor: Martín A. Fernández Ch.

Fecha: 24/01/2025

"Chiriguare, chiriguare, zamurito te va comer"

El buitre negro americano​ (Coragyps atratus), también llamado​ Sucha, zopilote, chulo, chula, golero, chombo, gallinazo, gallinazo común, gallinazo de cabeza negra, gallinazo negro, jote cabeza negra, gallote, jote de cabeza negra, golero, zamuro o zopilote negro.

Es un ave carroñera que se encuentra presente en toda suramérica y centro américa, y en la parte baja de norte américa, dispersos como latinos.

 

Una mañana de un día cualquiera, cuatro zamuros se soleaban juntos, posados sobre un cable de electricidad de alta tensión. Estaban con sus alas recogidas y pegados unos con otros, puesto que habían pasado una noche muy fría y buscaban acalorarse. Sus nombres eran Jim, el líder del grupo y el más bromista, Predicador, quien cantaba como tenor, Regordete, quien siempre tenía hambre y comía sin parar, Gafas, quien siempre confundía las imágenes, y Sobrero de Paja, quien se volvía loco cuando tomaba mucho sol.


CANCIÓN: Un elefante volar.

El tiempo vi volar
y lo vi matar,
vuela el dinero
y lo oí contar.
Pero nunca vi
ni lo espero ver
a un elefante volar.


 Un ratón merodeaba entre unas bolsas de basura, buscando algo apetitoso para comer y llevarle a su familia. En eso, Jim lo observa desde lo alto y les dice a sus amigos:

-       ¡Ese ratoncito nos va a quitar la comida! ¿Quién va por él?

-       Yo no, aún tengo frío – dijo Sombrero de Paja.

-       ¡Dios me libre del pecado de quitarle el alimento a un prójimo! – dijo el Predicador.

-       ¿Cuál prójimo? Si no es un zamuro como nosotros – dijo Jim.

-       ¿Cuál ratón? Eso es una ardilla – dijo Gafas.

-       ¡Estas ciego de verdad! No quiero saber quién es tu médico de la vista – dijo Regordete – Yo voy por él, eso sí, luego no me pidan que les dé, hasta su cola me la voy a comer.

-       Regordete, existe un refrán que dice “Bocado comido no gana amigo” y otro dice que “al buen hecho lo alaba Dios” – dijo el Predicador.

-       ¡Ja! Entonces ve tú por él -dijo Regordete.

-       Tengo frío; además, “el bien hacer, abre cien puertas y, el mal agradecer, las cierra – dijo el Predicador.

-       ¡Predicador! ¿Vas a seguir con tus ridículos refranes? – dijo Jim – Ya se nos fue el ratón, con su barriga llena y con el buche inflado para llevarle a su familia. Eso nos pasa por pendejos.

 

-¿Qué dijo?
-Dije "a un elefante volar"

He oído un ave hablar
y hasta recitar
y sé que agujas
con ojos hay.
Pero nunca vi
ni veré jamás
a un elefante volar.


 

Ya había pasado media mañana y el Sol estaba radiante. Los cuatro zamuros se habían calentado lo suficiente y emprendieron a volar. Juntos planearon en círculos en lo alto del cielo, aprovechando lo que se llama las bolsas de aire caliente. Volaban con gran habilidad y majestuosidad.   




-        ¡Me gusta volar en lo alto, así siento que estoy cerca de Dios! -dijo Gafas.

-      Ciertamente eres tonto. Dios se encuentra en todos lados, no tienes que volar hasta la estratósfera para sentirlo -dijo Predicador.

-       Todos los domingos voy a misa. Escucho al Padre y a los feligreses orar, pero no siento la presencia de Dios -dijo Regordete.

-       No te entiendo Regordete ¿Qué haces en la Iglesia si allí no hay comida? -dijo Jim.

-       Jim, por favor, él busca alimentarse espiritualmente -dijo Predicador.

-       ¿Espiritualmente? A otro con ese cuento. Si él está tan podrido por dentro, que no creo que se cure con unas oraciones -dijo Jim.

-       El otro día vi a un elefante queriendo volar -dijo Gafas.

-       ¡Ahora sí nos fastidiamos, tenemos a un loco en el grupo! Gafas ¿Estas consciente de lo que estás diciendo? ¿Cómo crees que un elefante va a volar? -dijo Sombrero de Paja.

-       ¡Sí lo vi! Pregúntale a Predicador, quien no dice mentiras -dijo Gafas.

-       Gafas, no era un elefante, era una ardilla que voló de un árbol a otro. En realidad, lo que hizo fue planear, como lo que estamos haciendo ahora -dijo Predicador.

-       La verdad es que eres un cegato, debes ir urgente al médico de los ojos. Pero a otro médico, porque al que vas no te está resultando -dijo Jim.

-       Tengo hambre, vamos a descender y buscar qué comer -dijo Regordete.

 

Yo vi un mar muerto,
lo vi matar,
y un pez espada fue quien lo asesinó.

Yo no vi eso,
pero es verdad,
y yo siempre hablo con sinceridad.

Un rey sin plata vi,
y tiene sangre azul,
y la está usando para escribir.


Desde las alturas, Regordete visualizó unas cuantas bolsas de basura aglomerada que las personas habían amontonadas a un lado de la calle, y les indicó a los demás para aterrizar sobre ellas.

-       Estoy pensando en volverme vegano, porque eso de comer carne desechada me está produciendo reflujo -dijo Predicador.

-       ¡Tú no estás en tus cabales! Veremos cuánto tiempo aguantas sin comer carne -dijo Jim.

-       Eso es una locura -dijo Regordete -el otro día, un gavilán me dijo que le cuidara una iguana que había capturado.

-       ¡Zamuro cuidando carne! -dijo Predicador.

-       ¡Y se burlan de mí porque estoy cegato! -dijo Gafas.

-       El respeto es importante para conservar la amistad -dijo Predicador.

-       Te lo decimos porque somos tus amigos y te queremos. Si decides ser vegano, vas a enloquecer y nos vas a enloquecer -dijo Jim.

-       Quizás siendo vegano, verás a un elefante volar -dijo Gafas.

 

Lo que nunca vi
ni veré jamás
es un elefante volar.

Lo que nunca vi
ni veré jamás
es un elefante volar.

¡Volar!
¡Es un elefante volar!

 

 


 

 FIN