lunes, 24 de febrero de 2025

Valores del Valor

Hace unos días fui a ver la película “La habitación de al lado” con una amiga. Saliendo del cine, como casi siempre, dijimos si nos gustó y lo que nos gustó y lo que no, y ella, como casi siempre comenta su apreciación sobre algunos aspectos técnicos, porque ha estudiado cine, teatro y televisión y tiene la capacidad de apreciarlo como un trabajo. Siempre aprendo y  lo agradezco. A mí, aunque hago actuación, me cuesta más esa mirada, porque me entrego a la historia y no me doy cuenta de las otras cosas. Respondí a sus comentarios, pero en general necesito algo de tiempo para procesar.

Al día siguiente, como casi siempre, le escribí por whatsapp para comentarle un detalle que me gustó sobre algo que hizo uno de los personajes (les ofrezco una clave: amarillo y rojo) .Ella coincidió conmigo y culminó: “Valiente”. Le respondí que justo eso había pensado en el momento que terminó la película, mientras aparecían los créditos, “hay que tener valor para hacer lo que ellas hicieron”. Al escribir la palabra valor, inmediatamente pensé que no solo habían sido valientes, sino también que vi en esa película, un tratamiento del valor que se le da a la calidad de vida y de muerte, que forman parte del argumento. Y la valoración que se confiere uno mismo. Mi amiga me sugirió que escribiera algo con esas palabras, que son “valiosas”

Qué oportuna llegó su sugerencia, pues me correspondía proponer el tema del mes en el Club de Escribidores: escogí la palabra valor. Valor tiene varios significados, todos poderosos para mí. Trataré de referirme a ellos con palabras derivadas o sinónimos, para intentar expresarme mejor.

Valor es una palabra importante que me ha acompañado íntimamente toda la vida. Estoy segura que no soy la única.Tal vez somos todos.

Empezando por mis reflexiones sobre la película, evitando contar para los que no la han visto,  me encuentro con un par de mujeres que tienen valor cada una desde un lugar diferente, un requerimiento diferente, para lograr un fin. La primera, tiene el valor de tomar una decisión definitiva, el valor de no justificarla, de planificar y actuar y de pedir compañía, de una persona que valora, para mitigar aquello de lo que que sí tiene miedo. La segunda logra tener el valor para aceptar la decisión de su amiga, para acompañar sin juzgar y se entrega, sin saber que tendría valentía, a lo que sabía que temía.

Hay un tercer personaje que, en la distancia, pero muy cercano, valora tanto a las dos mujeres y lo que acontece que, sin inmiscuirse, toma previsiones y prepara ayuda valiosa que pudiera ser necesaria. La película, vista con este lente, me muestra el valor del amor, la verdadera amistad y el genuino respeto, junto con la valentía que estos sentimientos otorgan.

En el ámbito profesional, en todos los lugares que he trabajado tengo muy presentes los valores, pues ellos definen el marco de acción y la cultura de las empresas. Como consultora y asesora, cuando mi cliente no los tiene, insisto y persisto en ayudarlos a definirlos o al menos hacerlos explícitos. En ambos casos, siempre recurro a ellos como fuente de inspiración y dirección.

Pasando a lo personal, sé que tengo algunos valores o principios claros, tal vez los que me definen como persona, Ante cualquier situación me proporcionan el criterio y el valor o valentía para proceder, para luego sentirme satisfecha y en paz. También, cuando exploro a qué dedicarme, como en el trabajo, hobbies o distracción, decido con base en lo que valoro, como sentirme retada y curiosa, que haya oportunidad para aprender, oportunidad para compartir con otros lo aprendido y también divertirme.

Mis valores, la valentía para ser fiel a ellos y mi propia valoración personal, bien podrían haber tallado mi carácter o personalidad.

Valor, con todos sus significados, para mí, podría perfectamente ser sinónimo de brújula


Carmen Lucía Rojas

Febrero


El Valor de Angel Ceballos

 

TEMA DEL MES DE FEBRERO 2025 DEL CLUB DE ESCRIBIDORES - EL VALOR                       (Angel Ceballos)

Mis valorados Lápices, esta vez nuestra amiga Carmen, nos tiró una “conchita de mango filosófica” con el tema de un concepto ampliamente subjetivo sin un único significado universal y la interpretación que le demos, en mi opinión y vivencias, dependerá mucho delo bien o mediocres observadoresque somos, quienes somos, en qué momento de la vida vivimos bajo el contexto en el que se utilice. Por ello, cuando se comparte el término “valor” hay una ayuda de usar, el“modo de empatía”, para validar lo que el otro está entendiendo en una conversación o una acción.

Cuando pensamos en la palabra “valor”, tendemos en general a sentir o apreciar que se habla, de “riqueza, coraje, valentía, creencias, integridad, fortaleza,  pero también el concepto de valor puede tener connotaciones negativas, dependiendo del contexto y la forma en que se utilice. Por ejemplo, superioridad, cuando hablamos de "valorar" a alguien o algo, a veces podemos caer en la trampa de establecer jerarquías y considerar que unas personas o cosas son "más valiosas" que otras.

Esto puede llevar a actitudes discriminatorias.Juicio moral:cuando se usa el termino de “valor”, para imponer juicios morales sobre las acciones de los demás. Por ejemplo, podemos decir que alguien "no tiene valores" si no comparte nuestras creencias o si actúa de una manera que no aprobamos.Materialismo: En algunas culturas, el valor se asocia estrechamente con el dinero y las posesiones materiales. Esto puede llevar a una visión superficial de la vida y a descuidar otros aspectos importantes, como las relaciones personales y el crecimiento espiritual.Explotación: Históricamente, el concepto de "valor" se ha utilizado para justificar la explotación de personas o recursos naturales. Por ejemplo, durante la esclavitud, se consideraba que los esclavos tenían un "menor valor" que los seres humanos libres.

Los economistas y filósofos usan los términos; “valor nominal:”, como elvalor relativo de algo en términos de dinero, sin tener en cuenta factores como la inflación o la escasez. Valor absoluto: La idea de que existe un valor absoluto y objetivo es cuestionada por muchas corrientes filosóficas, ya que sugiere que nuestros valores son inmutables y no están influenciados por factores culturales o históricos.

Reconociendo la disparidad de interpretación que tiene el término “valor”, considero que es fundamental utilizar este término con cuidado y ser conscientes de las diferentes formas en que puede ser interpretado. Podríamos en lugar de usar la palabra “valor” utilizar términos como, “principio”, como unaconvicción fundamental que guía nuestras acciones. Usar el término “creencia” , como una idea o convicción que consideramos verdadera. “norma”, para hacer referencia a una regla o estándar que se considera correcto o apropiadoo usar “virtud”, como lascualidades morales positivas y apreciativas de una persona.

En resumen, debemos reconocer que el término “valor”  dependerá del contexto específico del que tratamos, y buscar términos alternativos, para evitar las connotaciones negativas de manera de transmitir un mensaje más preciso y adecuado. Sobre todo considerar, el  contexto: En qué situación se utiliza la palabra. El matiz que se quiere expresar: ¿Se quiere enfatizar moralidad,  importancia, calidad o algún otro aspecto? y la audiencia: ¿Cuál es el nivel de conocimiento y sensibilidad de las personas a las que se dirige el mensaje?

En mi experiencia y formaciónaprendí a usar el “valor” como un concepto social, versusel término “principio” que son eternos e universales, los cuales pagas el precio si lo violas.

Lo cierto es que hoy “valoro” apreciadamente compartir con seres de alto valor moral los principios apreciativos de la psicología positiva que no es mas que una corriente que destaca las seis virtudes o valores que refleja las 24 fortalezas que todo ser debe, bajo las circunstancias quelavida nos depara, valorar sin miedo a  no tener éxito.

Hoy valoro este espacio que nos damos mensualmente  para compartir “amistad” y agradecer que estamos vivitos para Co-crear valor sin morir en el intento.

Angel Ceballos

domingo, 23 de febrero de 2025

El valor de Jesucita Peters

 Autor: JesucitaPeters S.

Fecha:23-02-24


Título:
Los Valores

Hablar de los valores es hablar de la vida misma, por cuanto ellos nos moldean desde el momento de nacer y porque digo esto, cuando en nuestra cultura decimos que vas a tener un hijo  de sexo masculino, inmediatamente pensamos en el color azul, su cuarto, su ropa, su manta para sacar al bebé de la clínica y pare usted de contar. Lo mismo pasa con las niñas.
Las culturas nos moldean según los valores que tenga esa sociedad ya que ellos permiten la funcionalidad de la misma, por cuanto son compartidos y los que no entran en esos cánones y se salen de la norma, la misma sociedad tiene mecanismos para evitar las desviaciones.
En donde se inculcan los valores, pues en la célula fundamental de la sociedad, es decir, las familias por eso nuestros parámetros conductuales y de comportamiento se generan allí en el seno de nuestros hogares.
Y nos inoculan intravenosamente día a día ,sin darnos cuenta de ello pero ejerciendo su poder en todo lo que hacemos; los valores serán buenos o malos, no sencillamente son códigos compartidos en el grupo donde nos desenvolvemos, si yo pertenezco a un grupo criminal y afecto a las drogas , en donde se reconoce al que más personas ha matado , quiere decir, que en ese grupo el matar es un valor, pero para el resto de la sociedad donde se encuentra ese grupo, constituye  una desviación de la norma general, que consideran la vida como un valor supremo.


Recuerdo las normas, costumbres y comportamientos familiares que vamos trasladando de generación en generación matizado por los valores.
Había una familia con comportamientos significativos desde el punto de vista gastronómico y veremos hasta dónde puede arraigarse como un valor.


Era una recién casada que quiere congraciarse con su esposo y decide hacerle un asado negro para la cena de esa noche. Y poniendo manos a la obra va a la carnicería y compra el muchacho redondo y lo primero que hace es picarlo por la mitad, a lo que el esposo le dice, pero ¿Por qué lo partiste? Ella le responde, es que así se hace el asado negro, mi abuela, mi mamá y mis hermanas siempre lo han hecho así. El esposo  responde pues así no se hace, siempre se pone hacer entera la carne, bueno dicho menester generó discordia entre la pareja y para solucionar la situación Desiré(la esposa)decide llamar a su abuela para aclarar la situación. Abuela tenemos una duda, estoy intentando hacer un asado negro y lo partí por la mitad como tú lo haces, sin embargo, Renato me dice que así no se hace. Aclárame Tita ,bueno hija la verdad es que yo lo partía, porque mi caldero era demasiado pequeño y no cabía entero. Así son los valores y costumbres que arrastramos para bien o para mal en nuestras vidas.


Para mí nuestros valores son el Pepito Grillo de Freud, que nos susurra al oído cuán cerca o lejos estamos de nuestros valores en cada una de las cosas que hacemos.
Los valores compartidos hacen que se formen los grupos en las sociedades, nos juntamos en función de nuestros valores por cuanto guían nuestras conductas, por ejemplo: valores éticos, religiosos, culturales, costumbres, creencias, lenguaje, entre otros.


Si analizamos un poco, los valores son todos aquellos constructos que nos brindan bienestar, ya que al ser compartidos por la sociedad o el grupo al que pertenecemos nos generan comodidad y sentido de pertenencia.
Existen ciertos valores más exacerbados en nuestro quehacer diario y que de una u otra forma guían nuestra conducta, por ejemplo si yo tuviera que jerarquizar mis valores el primero sería la responsabilidad, luego el ser puntual, honesta, sincera, empática, benévola, familiar, etc. y por supuesto quiero vincularme con aquellas personas que compartan estos valores similares a los míos ya que estaremos hablando de cosas afines para brindarnos comodidad y bienestar.


Siento que los valores inculcados  en mi familia, los veo reflejados en mis hijas ahora que son adultas y que los están transmitiendo a mis nietos, para hacerme infinitamente feliz.

El valor de Santiago Porras

 

El sorprendente hallazgo del valor

 

Santiago Porras Rojas

Barcelona 8 de febrero de 2025

Entrar en este mundo extraordinario y único ¿Qué persigue?, cada uno de nosotros llegó a esta vida, sin saber lo conveniente que era acceder a esta experiencia asombrosa, provocada por un acto generoso que requirió de un “Big Bang” frenético, desatado por la más grande energía universal desde la cual “eros” y “ágape” lograron nuestra existencia.

Toda esa energía creativa requirió de un gran valor, el valor de sincronización de la velocidad y aceleración de los movimientos para llegar a ser el único; entre millones de candidatos, capaz de optar por experimentar la fecundación y gozar de la oportunidad preciada de una vida de aprendizajes.

Realizar la vida en la tierra implica una constante labor de equilibrismo sobre el suelo de la vida, lo cual por cierto no implica ejercer cual funambulista. De pronto, si como recién nacido experimentamos solo interacciones impregnadas del sentimiento consentido del amor incondicional y la generosidad a granel, de pronto; identificamos con desconcierto que nuestra libertad absoluta comienza a desdibujarse anta la introducción de condicional-ismos al objeto de obligarnos a debatirnos entre la admisión o el rechazo.

Sometidos entonces al mundo de las interpretaciones, la libertad incita la generación de los juicios, una cadena infinita de conversaciones que compiten, luchan y se fascinan por hacernos acreedores de la verdad. Es a partir de ese estado condicionado desde que debatimos alrededor de ideas que se distinguen por ser; siempre discutibles.

Así las cosas, la libertad nos regala el beneficio intrínseco del tesoro de nuestros aprendizajes. Allí sin duda alguna, sólo hemos de aprender a escuchar. Si apreciamos concienzudamente a la escucha; creceremos tanto que, volveremos a recuperar el valor y la confianza con la que llegaremos a experimentar la certeza espiritual del amor incondicional con el que se nutre nuestra existencia.

Desde allí, el Valor de nuestra existencia puede alcanzar a superar esta vida, al unirse a la del creador y precursor de toda existencia.

el valor del valor

 El valor del valor

El valor, ¿es una moneda de dos caras, donde la audacia y la apreciación se entrelazan o re significan?

Cuando uno habla del valor, piensa en dos maneras diferentes de significar. Una apreciación de un objeto, evento o recuerdo, generalmente positivo, y el valor que le otorgamos a la valentía. La RAE lo llama "polisemia", que es cuando una palabra tiene varios significados.

Nos proponemos a divagar acerca de la apreciación que le damos a ser o no valiente. En mi caso, en el previo, descubrí cosas interesantes acerca de mi. Santiago tiene unos cuentos buenísimos de su infancia que reconfiguran sus recuerdos de acciones valientes. Se aprende de allá sin duda..

Aristóteles decía que la valentía era una virtud y como tal, flanqueada por dos vicios; la cobardía y la temeridad.

Cuando uno no se reconoce valiente suele ver para ambos lados, y no reconociéndose cobarde, ni tampoco temerario, es que puede saber de cual lado estaría mas cerca. Definitivamente en mi caso. de la valentía, y es cuando conocemos el valor del valor.

La  valentía es una virtud que como todas en esta mirada de Seligman, está compuesta de fortalezas. A la valentía la acompañan la honestidad, la perseverancia y el entusiasmo. Hasta ahora pensaba que era valiente porque era honesto, pero hoy me reconozco perseverante y además de honesto y valiente.

El modelo de la ciencia de las fortalezas nos permite conocer nuestras debilidades y fortalezas. Sin duda, y aun no descubro como, debo ser entusiasta, ya una vez que esta fortaleza sea, el germen del bienestar psicológico.

Para ser entusiasta, también necesitamos ser valientes.


Alberto

EL VALOR DE VOLAR

 

EL VALOR DE VOLAR

 

Volar con el plomo atado a mi alma

Volar desde mis más profundos acantilados

Volar desde mi brasa volcánica

Volar desde el más oscuro vacío

a todo costo y a toda costa

 

El valor de dejarte volar

Sin entregarme al filo de tu vuelo

El valor de abrazarme a tu recuerdo,

en mis noches de gélido frío

 

Valor para surfear las olas de hielo

Valor para cruzar vientos de fuego

Valor para sembrar semillas del humor,

en el centro, en el ombligo del dolor

Valor para ver arder sueños clandestinos,

en las fogatas del tiempo

 

Valor para inventarme una vida con más valor

Valor para frenar mis miedos y afrontar ausencias

Valor para calzarme alas livianas

que me permitan vuelos inmensos, vuelos intensos

Valor para limpiarme los nubarrones

de tormentas y tormentos

 

Valor para tomarme de tu mano

Sin sentirme ni frágil, ni pequeña

Solo protegida en el inmenso cobijo de tu abrazo

Solo abrigada en tu amor que es mi lazo

 

Valor para ver cruzar los cuchillos de la ira

Valor para suturar nuestras heridas

Valor para levantarme temprano en mis caídas

Valor para llorarte en silencio

y amarte a todo pulmón…

 

Gudelia Cavero Hurtado

 

 

 

 

miércoles, 19 de febrero de 2025

 Febrero 2025 - VALOR

Juad Masters


Nuestras vidas están impregnadas de decisiones: cómo responder a esto o aquello, cómo manejar esta situación o aquella, cómo confrontar, solucionar, dividir, unir, ignorar... En fin, todos los días nos confrontamos con la necesidad de tomar miles de decisiones. Y entonces, ¿qué es lo que distingue una decisión bien tomada de una que no lo es? ¿Existe alguna fuerza invisible que nos impulsa a tomar acciones para nuestro bienestar individual y colectivo? Para mí, esa fuerza invisible es lo que llamamos valor.

Valor, es de lo que nos toca llenarnos para tomar las decisiones más contundentes de nuestras vidas… Decisiones que, en su concatenación, van trazando poco a poco cada capítulo de la historia de nuestra vida. El decidir compartir esa merienda que tanto nos gusta con un compañero de clase, incluir al niño nuevo en nuestro juego, dedicarle tiempo a estudiar, entrenar o practicar, versus salir con nuestros amigos, elegir una carrera para estudiar, aceptar un trabajo, permitirnos enamorarnos y comprometernos para siempre, o aceptar que quizás esa unión de por vida ya no nos sirve; tener hijos o decidir no tenerlos; reconocer nuestras fallas como padres, hijos, hermanos, amigos o colegas; tomar acciones concretas para ser la mejor persona que podemos ser. Todo esto, y miles de otras decisiones, requieren valor.

¿Y entonces, cómo es que sacamos valor para actuar en cada una de estas circunstancias? La palabra en español nos da la respuesta: contar con el valor para tomar decisiones en pro de nuestro bienestar y el de los demás se basa en alinear esas decisiones con nuestros valores personales, es decir, con aquellas normas o principios influenciados por nuestras creencias, que están moldeadas por nuestras experiencias, cultura, familia y educación. A su vez, nuestros valores forman las actitudes y comportamientos que guían nuestras acciones, nuestra forma de actuar, ser y pensar. En pocas palabras, son nuestros valores los que nos guían a actuar con el valor necesario para vivir de acuerdo con lo que nos es importante, significativo, sagrado y no negociable.

Actuar con valor, es pues, para mí,  la manifestación más pura de amor para con nosotros mismos y para aquellos que nos roden en nuestra vida.

domingo, 16 de febrero de 2025

AMISTAD DE ALTURA

Por Martín A. Fernández Ch.

16/02/2025

El mar estaba apacible. El peñero casi no se movía. Martín Pelícano estaba posado sobre la punta de su proa, observando desde allí a sus jóvenes amigos Delfina Guacamaya y Mantarraya Azulejo, quienes estaban jugando. Ella, hacía piruetas en el aire tratando de saltar cada vez más alto. Él la observaba y le decía lo bien que lo hacía, pero también cómo tenía que hacer para mejorar.

-  ¡Tienes que impulsarte más fuerte y déjate deslizar con el impulso! - dijo Mantarra

-  ¿Cómo hago eso? – dijo Delfina

-  Baja lo más profundo que puedas, luego nada fuerte hacia la superficie usando tus aletas traseras. Cuando salgas al aire, deja que el impulso te lleve hasta lo más alto y entonces has tu pirueta – dijo Mantarraya.

-   ¡Así lo haré! Voy a intentarlo de nuevo. ¡Gracias gran amigo! – dijo Delfina.

Delfina Guacamaya siguió intentándolo y cada vez lo hacía mucho mejor. Y Mantarraya, con paciencia, seguía ayudándola, hasta intentó volar para demostrarle lo que quería decirle. 

Ella, toleraba las observaciones de su amigo, aunque ya estaba cansada, entendía que buscaba su mejoría, por eso insistía en dar su mejor espectáculo.

Martín Pelícano los observaba, pensando en que solo los amigos verdaderos son aquellos que se respetan y que siente empatía y entusiasmo por el otro, alegrándose por el logro que obtiene.

La amistad entre los dos hacía rememorar a Martín Pelícano sobre su niñez, cuando jugaba con cangrejo y calamar, quienes hacían las veces de instructores en su vuelo y casería, llegando a convertirse en el mejor de su tribu.

 

FIN