Dicen que los viajes se viven 3 veces
Cuando lo soñamos, cuando lo vivimos y cuando lo recordamos.
No estoy seguro de ello, pero en el más importante viaje, me
resulta extraño el haber escogido tan extraño lugar. Me resulta extraño y no, haber
escogido una ubicación tan llena de aprendizajes.
Quizás y si. Seguramente era la posibilidad perfecta de
apreciar y agradecer todo lo que en este viaje he recibido.
Como en todo viaje,
la mayoría de cosas planificadas no se llevan a cabo. “Al llegar haré
tal cosa” o bien, “no podemos irnos sin visitar tal o cual monumento” Y sobre
todo, la sentencia mas lapidaria “No puedo morir sin visitar…” Todo plan es un pronóstico
que habla de un futuro que nos toca construir, pero aunque es la vida misma, no
es solo una construcción en el presente de lo que deseamos ver en el futuro. Es
donde “me sueño estar”.
Sobre este plano, nos preparamos en el idioma y la ropa que
necesitaremos, pero casi siempre, nos toca comprar la ropa en el sitio y
aprender el idioma fuera de nuestro punto de sueños.
Recorremos calles nunca transitadas. Nos hacemos acompañar
de nuestros afectos y de otros que en el camino se nos van adhiriendo. Entre múltiples buses, trenes, metros y
aviones son muchos los pasajeros que nos acompañan, muy pocos de los cuales
pude escoger. Nos toca convivir con ellos aunque sean molestos y el vecino de
atrás, carezca de modales a la hora de comer. Nos toca dejarnos caer en la
pericia del conductor, en quien apreciamos su prudencia.
Buenos y apacibles viajes. Malos y desesperantes otros. Pero
viajes al fin, partes todos de un viaje mayor. De todos ellos, solo queda lo
vivido, solo queda lo bueno.
Desde aquí, desde la mecedora se puede ver todo el
recorrido. Aunque lo soñé, ¿Cómo pude haber planificado todo esto? ¿Lo
planifico alguien realmente? ¿Fue realmente lo soñado un plan o una carta de
buenas intenciones?
Desde aquí, desde mi mecedora, pensando en mi próximo viaje
y en los múltiples destinos. Con la usual incertidumbre de lo que me encontrare
en el camino, sabiendo que será
igualmente un hermoso recorrido. Siempre
pensando que será el último. Siempre pensando que mudare la piel.
Un plan desconocido
en realidad. Tanto como lo pensé antes de nacer.
Cesar Yacsirk
Sep 07, 2015
Y qué sería de nosotros sin ese lado desconocido de los viajes, ¿verdad? Sin duda tu texto me hace reflexionar. Viajar es también mudar la piel. Nunca vuelve la misma persona, así el viaje sea corto. Gracias César.
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