Uno de los constructos más complejos y profundos en la historia de la
humanidad es aquel que encierra el ideal de La
Libertad. No podemos verla, medirla o tocarla, pero podemos sentirla y
apreciarla en sus muy diversas manifestaciones y en todos los ámbitos de la
vida. En su nombre, se han forjado las gestas más heroicas de la historia y hasta
se han escrito constituciones. La lucha por su existencia ha derramado sangre,
sudor y muchas lágrimas, y hasta nuestros días sigue siendo la razón intrínseca
de grandes sacrificios y de nobles manifestaciones de virtudes humanas.
La libertad está íntimamente relacionada con el principio humano de
coexistencia social, su concepto no tendría sentido si fuéramos entes aislados
sin relación con otros. Conforma un sistema de interacción que busca su
equilibrio echando mano de los valores intrínsecos del ser. Es así como la
libertad (o su ausencia) se manifiesta en la estructura más elemental e
importante de las relaciones interpersonales como lo es la vida en pareja.
La libertad en el amor, labra el camino de una relación próspera y
fortalecida, permite a sus integrantes algo tan importante y fundamental como lo
es la no negación del individuo. El
crecimiento de una pareja es directamente proporcional al crecimiento de sus
miembros, y ese crecimiento necesita de unas bases sólidas hechas con un
cemento y hormigón repleto de libertad. No debemos confundir la libertad en el
amor con esa especie de libertinaje de algunas parejas llamadas “modernas” que
confunden la libertad con el irrespeto y que se ha hecho muy popular entre
nuestros jóvenes, poniendo en riesgo la estabilidad futura de la institución
familiar positiva.
Para que el amor sea libre debe estar basado en el respeto, y comunicarse
a través de la autopista de la confianza. Y es allí donde entra en juego el
bienestar psicológico de los individuos para que puedan establecerse vínculos
de apego seguro donde el amor armonice sin problemas con los límites. Pero
¿cómo se ejerce la libertad en el amor? Estoy seguro existirán muchas y
diversas formas de hacerlo, aquí expongo las que han marcado la pauta de mi
vida en pareja.
En primer lugar, respetando los espacios de interacción social a los que
tiene derecho cada individuo, fomentando las relaciones interpersonales positivas
de cada quien y promoviendo así el bienestar de ambos.
En segundo lugar, siendo muy consciente de los objetivos y sueños del
otro, de manera de buscar la forma de conseguir la realización personal de los
dos sin coerción o inhibición de ningún tipo. De esta forma promovemos una vida
comprometida con lo que hacemos y el fluir positivamente en esas actividades
que nos apasionan y que nos permiten la obtención de logros que alimentan
nuestro espíritu.
En tercer lugar debemos compartir
deberes y derechos de forma equilibrada, esto es algo que nos da una sensación
de justicia y que nos hace más empáticos y considerados con nuestras parejas,
generando emociones positivas que alimentan nuestro bienestar.
Por último pero no menos importante, hay un elemento que no debe
olvidarse y es el hecho de extender el principio de libertad individual al de
sentirse libre como pareja. En otras palabras, comprender que los dos juntos
como un todo también tienen derecho a ser libres. Una forma maravillosa de
lograr esto es incorporando a la rutina de vida esas escapaditas esporádicas que nos permiten retomar y recordar las
razones por las cuales decidimos unir nuestros destinos, esto reafirma el
significado de la unión o el ¿para qué? estamos juntos, llenando nuestra vida
en pareja de razones y motivos para seguir adelante.
Unirse en cuerpo y alma con otro ser, además de maravilloso, es como
abrir un hoyo en la orilla del mar, puedes estar mucho tiempo trabajando en
ello, pero si dejas de hacerlo, antes de lo que imaginas, el agua lo habrá
tapado y borrado nuevamente. Por esto no debemos jamás de recordar e incorporar
estos elementos a nuestro amor. La libertad entre ellos, es el agua que
alimenta y que permite echar raíces fuertes y sanas a ese tallo del amor cuya
misión es florecer hoy y hasta el fin.
A mi musa Marjorie, en nuestro 14 aniversario de esta maravillosa
aventura.
Oscar Morillo
4 de Octubre de 2015
"Para que el amor sea libre debe estar basado en el respeto, y comunicarse a través de la autopista de la confianza", me encanta esa premisa Oscar. Feliz aniversario y que tú y tu esposa sigan teniendo un matrimonio en el que el amor y la libertad sigan creciendo cada día y esté pleno de emociones positivas.
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