Como
un acto de rebeldía mi dispuse a listar mis 5 buenas prácticas diarias para la
libertad.
Son
muy personales, no recomiendo su práctica a menos que, honestamente, tú también
sientas una conexión real con esas prácticas. Creo que, en el mundo que nos ha
tocado vivir, tenemos que llevar nuestras banderas y defenderlas en cada
instante porque sino termina uno viviendo la vida del otro cosa que, al final,
carece de sentido.
Entonces,
a diario, siempre hago esto:
1.-
Leer / escribir / cocinar:
Son
mis espacios. Soy creativa en esos espacios. Mi mente fluye. Pienso, luego
existo y vuelvo a pensar.
2.-
Guardo silencio:
Así
de simple.
Cuando
no tengo nada que decir, guardo silencio.
Además
es linda esa expresión: guardar silencio, es como algo muy de uno. Algo que se
preserva, algo que se cuida como un tesoro muy importante.
Hace
un tiempo decidí que si la conversación no me aporta nada, si no me ayuda a
mejorar mis relaciones, si lo que tengo que decir no tiene consecuencias
deseables para mi, entonces tal vez es mejor no decirlo.
3.-
Camino:
Doy
pasos. Voy de un lado al otro. Soy peatona por convicción y cuando camino veo,
observo, escucho, imagino, me encuentro con mis pensamientos y mis ideas. Soy
muy libre cuando camino, no importa a donde vaya.
4.-
Amo profundamente:
Entrego.
Creo que la entrega es un acto de desprendimiento y cuando nos desprendemos nos
liberamos. Soy libre de amar cómo me de la gana, por eso amo profundamente.
5.-
Rezo:
Al
final del día, en el silencio de la noche, me encuentro conmigo. Viajo a mi
interior, hago una oración, me conecto con mis seres queridos desde la energía
de mi oración, me conecto con mis más profundos deseos. Calmo mi mente. Calmo
mi espíritu. Busco mi paz.
Soy
libre de creer y creo.
Extraordinario..........asi de simple.
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