SOY
Soy ese Adeste Fideles,
intenso y apasionado. Ese pastor que hace el camino con la ilusión de la búsqueda
y el sosiego del encuentro. Porque todos los caminos nos llevan a casa.
Soy los recuerdos guardados en los rincones secretos
del alma. Las sonrisas de los ausentes. La algarabía al montar un arbolito o
las buenas caídas de una patinata. La letra de un aguinaldo. Los manjares de
madres y abuelas en su afán y anhelo por hacernos felices. Memorias que son
alimento y en estos días se confunden y se impacientan por salir.
Soy el entusiasmo de un
saltaperico que disipa las sombras y abriga
alegrías. Pero también soy
la nostalgia que evoca el saltaperico consumado.
Soy ese nacimiento que
construimos sea con un papel viejo y
arrugado, sea de terciopelo. Donde fluyen los caminos y los ríos se
encuentran. Donde la magia es estrella que alumbra. Donde los reyes se hacen
humildes y la bondad se hace centro.
Soy la parranda solidaria que no distingue entre la noche y el día, porque solo sabe de unir voces para llevar regocijos.
Soy la esperanza que nace hoy y sueña el mañana. Expectativa convertida en confianza plena, dispuesta a vivir en espacios abiertos.
Soy la hallaca, mestiza,
diversa. A veces con pimentón, otras con garbanzo o papas. Siempre bien
amarradita para que adentro podamos
caber todos.
Soy la sorpresa del regalo,
el calor del hogar, la alabanza serena de un villancico y la sobrecogedora
fuerza de un abrazo.
Soy la imperturbable
inocencia de un niño que lleno de ternura nos dice que nos ama.
Soy ese Niño lindo pequeñito que vendrá
hoy y vendrá siempre. Haciéndonos a todos grandes por la plenitud de su amor.
Soy la Navidad.
Como Juan Ramón Jiménez,
solo pido: “Señor del cielo, nace esta vez en mi alma” para que todos días puedan
ser Navidad.
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