lunes, 1 de abril de 2024

Las enseñanzas que he aprendido de los niños/Ma Elena Garassini

 Las enseñanzas que he aprendido de los niños

Cuando pienso en este tema, recuerdo mis vivencias con niños cercanos a mí, mis hijos, sobrinos, hijos de mis amigos, de vecinos, en fin, niños y niñas …

Definitivamente los niños son un curso vivo de espontaneidad que satisface esa fortaleza tan bonita de la sabiduría que es la curiosidad. He aprendido mucho de la espontaneidad y curiosidad de los niños.

Mi papá, que siempre nos hacía preguntas en los momentos de compartir familiar, como lo eran los almuerzos, ha sido un gran ejemplo de cómo seguir fomentando esa curiosidad en los niños y cómo mantenerla a lo largo de la vida.

Recuerdo un día que mi papá nos preguntó: ¿De dónde sale la leche?

Y una primita que estaba ese día almorzando con nosotros dijo: -“De la nevera”

Todos nos reímos, incluso mi papá , pero muy cariñoso le dijo: “Ciertamente, cuando estamos en nuestras casas sacamos la leche de la nevera, pero antes de eso hay todo un proceso para poderla tener tan fácilmente”…

Mis hijos han sido también fuente de muchos aprendizajes sobre la curiosidad:

Estábamos un día en la playa, bañándonos en el mar, y uno de mis hijos se zambullía entre las olas. Al salir de una de ellas vio a un señor y le preguntó a su papa: ¿Por qué ese señor tiene la nariz tan grande?  Ambos nos volteamos para mirar al señor que parecía Cyrano de Bergerac, y le dijimos que no hiciera esa pregunta en voz alta , ni se le quedara mirando. El seguía preguntando y no entendía porqué le hacíamos esas solicitudes. De manera honesta él quería saber por qué ese señor tenía esa característica. Todavía hoy nos reímos recordando ese cuento.

En una ocasión, otro de mis hijos empezó a hacer preguntas sobre la muerte, porque había fallecido una persona cercana a la familia. Todos los días hacía una pregunta diferente sobre la muerte, sobre ¿por qué las personas se morían?, ¿si todos nos íbamos a morir?. Entendimos que tenía una genuina curiosidad, e incluso preocupación, por la muerte de las personas. Un día íbamos en el carro y empezó a hacer nuevamente preguntas sobre la muerte, y le preguntó a su papá: ¿Papá tú te vas a morir?, a lo cual él le contesto: Bueno hijo , si me voy a morir algún día, uno nunca sabe cuándo eso va a ocurrir, pero ciertamente algún día si me voy a morir. Ante esa respuesta mi hijo se quedó pensando un rato, y después le hiso la siguiente pregunta: ¿Papá, cuando tú te mueras, me puedes dejar tu cartera? . De manera inmediata, como la mejor y más ocurrente pregunta, nos reímos mi esposo y yo , un buen rato, y después seguimos conversando con él sobre esa pregunta y lo que le preocupaba sobre el tema de la muerte.

Con estas anécdotas quiero ilustrar que mis aprendizajes de los niños se relacionan con las curiosidades, las necesidades humanas, las preocupaciones, los miedos, los desafíos, los pesares, las alegría, en fin la existencia humana. Definitivamente los niños nos enseñan a vivir en plenitud.

 

María Elena Garassini

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