domingo, 30 de marzo de 2025

Adversidades y naufragios estoicos/Santiago Porras

 

Adversidades y naufragios estoicos 

 

Santiago Porras Rojas

Barcelona 17 de marzo de 2025


Para un niño de cuatro años, la práctica constante de extraer de sus fosas nasales, la mucosidad seca de su nariz puede resultar una enorme adversidad, por cuanto ha de soportar estoicamente una molestia por lo que se atreve a decirle a su cuidadora algo sorprendente.

 

-Qué me estás diciendo Fabio?

-La vida no es como tu quieles

-Y cómo dices tú que yo quiero?

-Que sea lo que quieras tú… pero la vida no es como túquieles.

 

Es sorprendente la sabiduría que subyace en el pensamiento de un niño, con tan solo 4 años de vida.

 

Zenónde Citio, en la ciudad estado griega en la isla de Chipre en el año 334 a C. hijo de ricos comerciantes; no imaginó que un naufragio lo conduciría a la mayor ruina económica y que ella le obsequiaría un nuevo sentido a su vida, para ofrecer como legado una escuela filosófica denominada “El Estoicismo”.

 

A ninguno de nosotros nos advierten alllegar a esta vida que, venimos en condición de aprendices. Somos la humanidad y por tantovamos a experimentar la libertad en una escuela de juicios, conjugada en una realidad sorprendente, en la que al parecer nadie se salva de disfrutar de un regalo maravilloso y, al propio tiempo, delas calamidades o infortunios como obsequios de aprendizajes transformacionales.

 

 

Esta condición humana, me ha hecho falible y al propio tiempo competente al abordar algunos naufragios relacionales tanto en mis entornos parentales, profesionales y otros contextos de convivencia.

 

Entre muchos hay uno que considero marcó mi carácter estoico.

 

Explorando mis archivos de naufragios, recuerdo…

 

Entonces era un niño de ocho años de edad; Las mates….eran un naufragio ya en 2º de primaria, las evaluaciones eran un ciclope griego, gracias a inexplicables confusiones provocadas por dispersiones de mi atención que, me generaron un conflicto con la autoridad.

 

-Si vuelves a traer un cero ocho en matemáticas, te daré una pela.

 

Lo estoico de aquel naufragio cantado, fue la actitud de aquel chaval de 8 años, que ante la deriva de entregar o esconder la “boleta” para tratar de evitar el castigo, con arrojo decidió entregarla apoyado en la virtud “Coraje” y sus fortalezas: Valentía e integridad.

 

Por otra parte, aquel niño se apoyó en la virtud “Humanidad”, al considerar que, si entregaba la boleta, había una posibilidad de que el amor lo salvaría del maltrato de la “pela”, y la inteligencia social, le brindaba la ocasión de hacer lo correcto ante esa complicada circunstancia de corta duración, pero dolorosa.

 

Es verdad también que ante las hostilidades de los entornos “cuadrados”, “exigentes” y “perfeccionistas”, logré cuidar mi bienestar y mi integridad, creando a mi alrededor un mundo propio que, sin recurrir a respuestas reactivas o revanchistas, opte y de hecho así lo prefiero siempre, al cuidar los vínculos con mis semejantes.

 

Estas virtudes y fortalezas luego han sido utilizadas en subsiguientes naufragios en nuevas Ítaca de mi vida, apoyado en otras virtudes como “Sabiduría y conocimiento” y las fortalezas “Apertura de mente”, “Aprendizaje”, “Curiosidad”y “Creatividad”.

 

Como coloraría de esta entrega, he sido consecuente en la búsqueda de mi transformación humana, en la medida de mis posibilidades, sin perder de vista que junto a mis limitaciones como parte del todo de la creación y el mundo al que un día vine como aprendiz, me siento en paz conmigo mismo, valorando optimistamente mi integridad más que el éxito material y, que disfrutando de lo alcanzado, si pierdo algo admito felizmente que no todo se alcanza a conservar para siempre…En fin, me alegra un montón ser parte de esta burbuja de bienestar duradero, escribiendo para el compartir con cualquiera que gentilmente hoy lea este relato. Gracias!

No hay comentarios:

Publicar un comentario