Adversidades y naufragios estoicos
Santiago Porras Rojas
Barcelona 17 de marzo de 2025
Para un niño de cuatro años, la
práctica constante de extraer de sus fosas nasales, la mucosidad seca de su nariz
puede resultar una enorme adversidad, por cuanto ha de soportar estoicamente
una molestia por lo que se atreve a decirle a su cuidadora algo sorprendente.
-Qué me estás diciendo Fabio?
-La vida no es como tu
quieles
-Y cómo dices tú que yo quiero?
-Que sea lo que quieras tú…
pero la vida no es como túquieles.
Es sorprendente la sabiduría
que subyace en el pensamiento de un niño, con tan solo 4 años de vida.
Zenónde Citio, en la ciudad
estado griega en la isla de Chipre en el año 334 a C. hijo de ricos comerciantes;
no imaginó que un naufragio lo conduciría a la mayor ruina económica y que ella
le obsequiaría un nuevo sentido a su vida, para ofrecer como legado una escuela
filosófica denominada “El Estoicismo”.
A ninguno de nosotros nos
advierten alllegar a esta vida que, venimos en condición de aprendices. Somos
la humanidad y por tantovamos a experimentar la libertad en una escuela de
juicios, conjugada en una realidad sorprendente, en la que al parecer nadie se
salva de disfrutar de un regalo maravilloso y, al propio tiempo, delas
calamidades o infortunios como obsequios de aprendizajes transformacionales.
Esta condición humana, me ha
hecho falible y al propio tiempo competente al abordar algunos naufragios
relacionales tanto en mis entornos parentales, profesionales y otros contextos de
convivencia.
Entre muchos hay uno que
considero marcó mi carácter estoico.
Explorando mis archivos de
naufragios, recuerdo…
Entonces era un niño de ocho
años de edad; Las mates….eran un naufragio ya en 2º de primaria, las
evaluaciones eran un ciclope griego, gracias a inexplicables confusiones
provocadas por dispersiones de mi atención que, me generaron un conflicto con
la autoridad.
-Si vuelves a traer un cero
ocho en matemáticas, te daré una pela.
Lo estoico de aquel naufragio
cantado, fue la actitud de aquel chaval de 8 años, que ante la deriva de
entregar o esconder la “boleta” para tratar de evitar el castigo, con arrojo
decidió entregarla apoyado en la virtud “Coraje” y sus fortalezas: Valentía e integridad.
Por otra parte, aquel niño se
apoyó en la virtud “Humanidad”, al considerar que, si entregaba la boleta, había
una posibilidad de que el amor lo salvaría del maltrato de la “pela”, y la
inteligencia social, le brindaba la ocasión de hacer lo correcto ante esa
complicada circunstancia de corta duración, pero dolorosa.
Es verdad también que ante
las hostilidades de los entornos “cuadrados”, “exigentes” y “perfeccionistas”,
logré cuidar mi bienestar y mi integridad, creando a mi alrededor un mundo
propio que, sin recurrir a respuestas reactivas o revanchistas, opte y de hecho
así lo prefiero siempre, al cuidar los vínculos con mis semejantes.
Estas virtudes y fortalezas
luego han sido utilizadas en subsiguientes naufragios en nuevas Ítaca de mi
vida, apoyado en otras virtudes como “Sabiduría y conocimiento” y las
fortalezas “Apertura de mente”, “Aprendizaje”, “Curiosidad”y “Creatividad”.
Como coloraría de esta
entrega, he sido consecuente en la búsqueda de mi transformación humana, en la
medida de mis posibilidades, sin perder de vista que junto a mis limitaciones
como parte del todo de la creación y el mundo al que un día vine como aprendiz,
me siento en paz conmigo mismo, valorando optimistamente mi integridad más que
el éxito material y, que disfrutando de lo alcanzado, si pierdo algo admito
felizmente que no todo se alcanza a conservar para siempre…En fin, me alegra un
montón ser parte de esta burbuja de bienestar duradero, escribiendo para el
compartir con cualquiera que gentilmente hoy lea este relato. Gracias!
No hay comentarios:
Publicar un comentario