Conversaciones estoicas con mi niño interior
La calle estaba llena de huecos. Era de cemento, estaba justo a la orilla del mar y me imagino, que con el salitre constante y la pepa e` sol, se agrieta. El niño tenía como 5 años y andaba "indiecito" como decimos por estos lados. Lo curioso es que andaba con un pote de peltre metálico que llamamos bacinilla. ¿Curioso no? Desnudo y con bacinilla, cuando lo único que tenía que hacer, era agacharse. Si le hubiera preguntado hoy a él, me hubiera contestado que no podía hacer pupú en la calle, porque el olor de los cangrejos aplastados por los cauchos de los carros, era muy fuerte y con lo descalzo, no se atrevía. Mejor era, pujar, disponer, y colocar en el pipote de basura.
Era un soñador, sin duda, el hecho que regrese de vez en cuanto, me recuerda lo rico es ser feliz y libre. "La gente desnuda no tiene dónde esconder las manos, por lo que siempre dicen la verdad", recuerdo que alguien me dijo. Entonces, en este momento y aprovechando que ambos estamos juntos, le increpé,
-¿Piensas que puedes ser estoico?
-¿Esto... qué?, respondió
-Es una filosofía de vida. Se trata de vivir en virtud,
aceptar a la vida como es. Te voy a hacer preguntas y vemos si eres estoico, le
propuse:
-Ellos dicen que todo sucede y sucede por algo...
- ¿los cangrejos pueden ser estoicos?, me preguntó. - Ellos
tienen un destino, o no lo tienen. Además caminan hacia atrás y desafían
el devenir. Para ellos, son o no aplastados, de resto, cada vez viven en otra
parte y en otro tiempo. ¿Qué pasaría si pudieran caminar hacia adelante? O si
los carros manejaran con cuidado cuando marchan. Soy como el cangrejo que puede
cambiar de sentido aunque el rumbo sea universal. No soy
-Ellos dicen que es importante el "amor fati" o aceptar el
destino, aunque puedas adecuarse al devenir y re interpretarlo.
- El devenir es un concepto que mueve. Se trata de lo
que nos pasa y de cómo nos hacemos cargo. Eso contradice al destino. El
hacerse cargo en cada instante del devenir construye el camino. No me
gusta lo que se manifiesta de forma absoluta. Somos una serie de instantes
infinitos. El destino para mí, es cada decisión que tomo. No soy
-Ellos dicen que todo depende de lo que nos pasa adentro y lo que pasa
afuera.
- La paz y la serenidad se consiguen adentro, no existe
afuera. Es una interpretación del mundo. Esto es un poco de lo mismo que hemos
conversado antes. El devenir es, hacernos cargo, con manejo emocional. No soy
-Ellos dicen que el manejo del concepto del destino se gestiona siendo
virtuoso. La virtud habita entre dos mundos oscuros. Pero la virtud es luminosa
- ¿Se puede ser feliz en los extremos? O es como las
olas del mar, cuyos bordes son difusos. Sin embargo, tienes la certeza de
que una ola que rompe siempre regresa. ¿No es eso el devenir?
-Eres sabio para ser niño, ¿Será que eres estoico?
- No creo, solo soy un poco estoico. Los antiguos tenían que
creer en el destino, nosotros no. En virtud, sin embargo, podemos cambiarnos y
construir nuevos mundos. Los cangrejos, hubieran podido escoger caminar
por la playa salada, más escogieron la calle. ¿Era su destino ser
aplastados?
Gracias por llamarme sabio, solo soy un niño que camina descalzo, y desnudo
por la calle caliente, con una bacinilla limpia en la mano, pegando
brincos en la senda llena de huecos, y cangrejos podridos, con un sol
tropical. ¿Eso, no es ser estoico?
Alberto Lindner
Caracas, 21 de marzo de 2025
No hay comentarios:
Publicar un comentario