La
intimidad al alcance de tu corazón...
La intimidad está en cualquier lugar
aunque no en todo momento, a pesar de que cada quien en su corazón tiene la
llave que abre la puerta a ese espacio de penumbra en el que todo se hace
transparente, es un lugar desconocido y anhelado para muchos, porque es
necesario y honesto aunque muy vulnerable.
La intimidad es el ático húmedo del
descubrimiento, donde los latidos del corazón se diluyen en el silencio o lo
hacen hablar. Es la posibilidad de ser auténticos sin mayores requisitos, ya
que con el alma basta, y es la oportunidad en la que finalmente se trasciende
el cuerpo, superficie donde nos quedamos estancados la mayor parte de nuestra
vida.
Sus pilares son el amor, el respeto,
la compasión y la consideración, que se fusionan simplemente en la aceptación,
son tan fuertes que nunca ceden a las tempestades de la distancia o el tiempo, que
paradójicamente tiende más a ser su aliado… Los años nos otorgan el permiso de
ser más íntimos, sinceros y cercanos, porque la vida nos llega a desmostrar a
través de sus caminos que la intimidad es el alimento del espíritu, lo único
que permanece en la eternidad.
No deberíamos temer adentrarnos en la intimidad pero sí estar muy seguros con quien, ya que no hay armaduras ni escudos que nos protejan, y las heridas que ahí se hacen tardan mucho en sanar. Recurre a tu instinto y sumérgete en la intimidad más a menudo cuando te sientas seguro, porque ahí no existe el juicio, ni el culto, y es lo más cercano a la desaparición del yo en el preciso momento en el que te fundes con el otro.
Katerina Rojas
18 de enero de 2015
Muy buen desarrollo que invita a la reflexión sobre el tema!
ResponderEliminarQuerida Kate, un texto maravilloso, que como bien dice Víctor, invita a reflexionar sobre el tema. No pretende dar lecciones y sin embargo es pedagógico, me encanta. Creo que ya tienes otro capítulo...
ResponderEliminarUn placer conocerte Katerina, muestras un rostro muy interesante y sincero de la intimidad. Lo disfruté.
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