BIENVENIDA
INTIMIDAD
María Elena
Garassini
Todos esperaban
la llegada de Intimidad. El encuentro, convocado hace tres meses había tenido
una amplia acogida.
Bondad y Perseverancia se habían ofrecido
ese año para ser las anfitrionas, y como era de esperarse todo estaba
cálidamente organizado y todos los detalles se mostraban impecables.
Paciencia, entre las primeras en llegar,
aguardaba conversando con Carisma, quien arribaba de una jornada de atención a
niños enfermos y contaba las plácidas sonrisas de éstos en el agasajo.
Humildad entró apurada por su llegada
tarde, pidiendo disculpas a los presentes y poniéndose a la orden para ayudar
en lo que fuera necesario.
Fraternidad , como una hormiguita obrera,
repartía carpetas con los nombres de los nuevos asistentes, organizaba
encuentros entre interesados y velaba porque todos estuvieran pasando una
jornada placentera.
Hospitalidad, como era costumbre, ofreció
su casa para el evento, dispuso de su mejor salón, cocinó su mejor receta de
dulces y ofreció todo lo que estaba en su casa.
Intimidad hizo finalmente su aparición
con un sencillo pero acogedor atuendo que invitaba a la contemplación, captaba
la atención y hablaba de un toque especial. Intimidad era la oradora de orden y
decidió que su reflexión debía ser colectiva, así que colocó materiales
variados en el centro del salón, invitó a los asistentes a representar la
Intimidad.
Desconcertados pero a la vez retados por
la actividad, miraban los materiales buscando al mismo tiempo aquel símbolo u
objeto para representar lo solicitado.
Bondad tomo una caja con pitillos y repartió
uno para cada uno diciendo: todos debemos tener intimidad, es el canal que nos
comunica de lo profundo de uno a lo más profundo de otro. Perseverancia tomó
una cáscara de huevo vacía y con muchas resquebrajaduras, y dijo: la intimidad
es algo muy delicado, que ocurre en una relación, que requiere cuidado,
revisión y puede quebrarse fácilmente. Fraternidad tomo una hoja blanca y
explicó: la intimidad es un historia que se escribe con la compilación de los
encuentros con los otros. Hospitalidad tomó un cartón de huevos, lo abrió para
que hubieran mas espacios para colocar objetos y dijo: la intimidad permite que
tengamos espacios para conectarnos con los otros. Tantos espacios como
queramos.
De esta manera todos los invitados fueron
tomando objetos y explicando por qué éstos simbolizaban la intimidad.
Mientras tanto Intimidad permanecía
sentada, escuchando atentamente la intervención de cada uno de los
participantes. Cuando terminaron dijo: He disfrutado y saboreado cada una de
sus intervenciones cargadas de significado que invitan a la atención plena, la
escucha serena, el cuidado compasivo, el encuentro curioso, la conexión
empática.
Las experiencias humanas se convierten en
sus representaciones cuando tenemos vivencias que las sustenten. Todos ustedes
han tenido experiencias de intimidad.
Un YO, un TÚ, en un encuentro sincero,
curioso y bondadoso, parecieran ser los ingredientes de
la intimidad.
Gracias por abrirse a la intimidad en
este encuentro. Compartamos ahora la diversión, el orgullo, la esperanza, la
gratitud y hasta el sobrecogimiento con todas las sorpresas que los anfitriones
han preparado para nosotros. Seguro que nos esperan momentos de intimidad ahora
o más tarde.
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PD: ya que andaba por acá, coloqué el escrito de LELE...
Mari Elena, me gustó, ¡excelente escrito!
ResponderEliminarIngenioso y divertido, una forma muy especial de jugar con las palabras. Un abrazo.
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