lunes, 14 de marzo de 2016

Mi amigo el deporte


A lo largo de mi vida, la actividad deportiva ha sido un amigo fiel. En momentos ha sido muy cercano, en otros se ha alejado. Pero como amigo fiel, siempre regresa y me muestra su mejor rostro: el beneficio de mi salud.

En mi juventud inquieta siempre estuvo a mi lado. Gimnasia, bicicleta, patines y sobre todo  el Volleyball que me acompañó desde el bachillerato hasta toda la universidad, donde mi mejor experiencia fue pertenecer al equipo de la USB llevando con orgullo su uniforme distintivo: negro y amarillo. En esa época la actividad física era intensa; entrenaba tres veces a la semana con el equipo y otros tres días con ejercicios para desarrollar resistencia, agilidad y fuerza. Fue una época de amistad viva y de mucho conocimiento individual, el cual me ayudaron a forjar mi personalidad, carácter y autoestima.

Pasaron los años y mi amigo se fue transformando. Inicié mi vida profesional y el de mi propia familia; ya no era dueña de mi tiempo  y la amistad con el deporte se alejó un poco y cambió de energía.  Solo en dos horas a la semana nos veíamos para hacer los ejercicios aeróbicos de Jane Fonda y bailar al estilo de Jhon Travolta. Emocionada me compré mis mallas de colores, cintas en la cabeza y calentadores para estar con el uniforme adecuado. Fue un cambio drástico de ejercicios donde divirtiéndome mantenía mi amistad deportiva en movimiento y acorde con la dedicación que podía conservar.  

Y como la vida sigue girando cambiando las actividades, los gustos y experimentando nuevas sensaciones, mi amigo el deporte me llevó a pertenecer a un club con gimnasio.  Allí experimenté nuevos sabores deportivos: step, tae bo, streching y combate.  En esta nueva relación llevé mi cuerpo a movimientos diferentes donde sentí músculos que no conocía. Aparecieron nuevos ejercicios que me sorprendían y que con la música se hacían aún más interesantes. Fue una etapa de amistad novedosa y curiosa donde aprendí mucho a conocer y escuchar mi cuerpo.

Pasado el tiempo llegó la necesidad en mi vida de una mayor calma. Descubrí el pilate y me atrapó. Esa amistad de muchos años, donde la concentración y el disfrute del momento fue el capítulo cumbre, se convirtió en una serena amistad deportiva.

Pero la vida siguió girando y ahora en un nuevo país me encontré nuevamente con la necesidad de experimentar. En mi práctica diaria de caminar y explorar encontré TecFit. Es un sistema de ejercicios de electro-estimulación muscular donde entreno mi cuerpo con mayor intensidad. Ya llevo tres meses y la experiencia me ha encantado. Ahora mi amistad con el deporte es eléctrica, intensa y tecnológica.

Y así seguiré, caminando junto a mi amigo fiel, el deporte, que me da energía, salud y lo más importante que me acompaña a seguir viviendo con intensidad, curiosidad  y amor a mí misma.

Janet Jiménez
Bogotá, Marzo 2016


2 comentarios:

  1. Amistades peligrosas, jejeje. Qué bueno que tengas una fuente de bienestar tan clara y tan fiel querida Janet.

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  2. Janet, qué inspirador. Muchas gracias por compartirlo. Ya voy a ver qué es eso del TecFit :D

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