(Observando el mundo desde el
humor… lo que nos queda)
LAS TARJETAS DE DÉBITO
En Caracas y ante la falta de
dinero en efectivo, los ciudadanos en un intento de adquirir bienes esenciales,
nos hemos tenido que centrar en las tarjetas de débito. Es dinero en efectivo,
pero digital; solo abonos y cargas. Es un balance bancario tanto para el que
compra como para el que vende. Es ese uso maximizado del dinero digital, las máquinas
que reciben las tarjetas para efectuar el débito, se han visto solicitadas a su
mayor capacidad. Hemos visto largas colas solo para pagar con las “fulanas”
tarjetas.
A veces dicen: “el banco no
responde”, o “transacción fallida”. Fallida debe venir de fallar, pero no dice
si fue en el intento de meter la tarjeta en la máquina, en la comunicación o peor aún, en los saldos. El hecho es que en
tal uso, las máquinas se vean un poco lentas, “fallidas” o que no lean el “chip”.
Ahora todas las tarjetas electrónicas tienen un chip incorporado; algo así como
una computadora de bolsillo, donde la tarjeta sabe más de tu saldo, que tú
mismo.
Para hacer que la cosa funcione,
el operador o cobrador se las ha ingeniado para que el sistema fluya y avance
la cola. He observado algunos de los “medios creativos de cobranza digital”:
- 1. Las cajeras de auto mercado tienen un postgrado en esto. La técnica que mayormente hacen, es pasarse el chip por el pelo de la cabeza, me imagino en un intento de magnetizar más la tarjeta y obligarla a que la lea la máquina. La técnica es variada pero nunca menos de tres pasadas por el pelo
- 2. La borra del lápiz. Esta técnica requiere de un lápiz y su goma de borrar. Se trata de quitarle a la tarjeta, la grasa de las manos. Le pasa la borra por el chip, le quita las boronas y la usa. He visto que funciona. Además se ve elegante. Quién sabe si el exceso de boronas dentro de la máquina haga que la cosa no funcione
- 3. Engrasar. La otra técnica es justo la opuesta y consiste en agregarle grasa al chip, de los dedos, usando el pulgar y el índice; nunca menos de tres frotadas
- 4. Los que piensan que quedan flojas. En las farmacias es la técnica más usada. Consiste en incorporar otra tarjeta de cartulina del mismo tamaña de la tuya en un intento de que quede “apretadita” y se realice la lectura. Cuando la vas a sacar, no puedes
- 5. La del dedo índice. Esta novedosa técnica consiste en empujar la parte de la tarjeta que queda fuera de la máquina hacia abajo, hasta que forme un arco. El riesgo es que la tarjeta se parta. Los cobradores conocen de resistencia de los materiales y no he visto ninguna que se rompa. (Igual pienso que a la larga se “fatiga” el plástico, como dicen los ingenieros)
- 6. La inmóvil. Es usual que al colocar la clave se tenga que mover la máquina y entonces desconozca la tarjeta. En este caso hay que volver a comenzar. “No la toque, no la mueva” te dicen, al igual que cuando te vas a tomar una radiografía y te dicen: “No se mueva, no respire, no se mueva…” En estos casos, han pegado la maquina con goma, tirro o teipe, para que no se mueva de su “mejor posición”
- 7. Por último, la “auto gestionada”. Te pasan la máquina y tú debes hacer todo, desde colocar el monto a cobrar, el número de identificación y la clave. Es usual entonces, que me vean pasándomela por el pelo, o frotándola, cual botella de genio, empujándola con el índice, o simplemente haciendo unos “rezos” para que sea exitosa la transacción.
Puede pasar que
luego de tanto, tu tarjeta no tenga saldito…
No hay comentarios:
Publicar un comentario