Autora: María Elena Garassini
¡Qué rico el jugo de guayaba, que deliciosa es la mermelada de guayaba, que
divinidad los pastelitos de queso crema con guayaba. Nada mejor para subirte el
azúcar o una baja de tensión, o una pálida cuando estás corriendo, como un
bocadillo de guayaba. Las tartaletas mas ricas son con mermelada o delicada de
guayaba!
Además mi mamá me dijo una vez que ella se crió comiendo guayabas y que son
tan ricas y tan buenas que hasta los gusanitos que le salen a la guayaba, saben
rico …saben a guayaba.
Me gusta asociar los placeres con mi vida familiar, o mejor dicho, los
placeres de mi vida están asociados a mi familia. Cuando me pidieron escribir
sobre la guayaba pensé en mi mamá que siempre nos consintió con la comida y
sobre todo con los dulces, donde la guayaba juega un rol protagónico.
Pues si, la guayaba es mi mamá, siempre allí, dispuesta a saciar tus
necesidades, dispuesta a endulzarte la vida, dispuesta a hacerte sentir mejor.
La guayaba es como mi mamá, con carne y con pepitas, con rosado y con
verde, con dulce y con salado y por eso las quiero tanto, a mi mamá y a la
guayaba porque son como la vida, con sus partes blandas y sus partes duras, su
maravillosa faceta luminosa y también la otra áspera. Pero si siempre están allí para brindarte lo
mejor de ellas, el saldo final son aprendizajes y mucho disfrute de su
presencia.
Definitivamente mi mamá, así como la guayaba con todas sus características,
han sido parte importante de mi historia y me ayudan a ser hoy mi mejor versión. ¡Gracias por existir!
FIN
¡Qué bonito escrito, María Elena! Las mamás nutren esa parte
ResponderEliminarbella de nuestras vidas!
Pues si querida Nancy... la guayaba es mi mamá.
EliminarQuerida María Elena: la guayaba es una fruta muy aromática y que te haya hecho recordar a tu mamá me hace pensar que vivías en una casa con una fragancia de hogar feliz. Que Dios bendiga a tu familia y esa fragancia tan agradable te acompañe a donde vayas. Saludos a Juan.
ResponderEliminar