La
guayaba
Es generosidad por donde la mires, su olor se esparcey se
impregna por donde esté.
Sus semillas abundantes, no tienen desperdicio, ellas multiplican
el potencial de vida y de infinita permanencia de la guayaba en nuestra tierra.
Las semillas como de muy pocas futas las puedes comer, rodeadas de pulpa
rosada, blanca o amarilla son una degustación para tu paladar o para un rico
jugo de guayaba.
Cuando su árbol da frutos no alcanza manos para la
cosecha, cubriendose su territorio de fruta madura que como alfombra decora el
pasto, aroma dulce que la brisa esparce y estimula tu olfato.
Es la generosidad que en la infancia no percibimos pero
si disfrutamos, en los bocadillos de guayaba envueltas en hoja de plátano que
no querías compartir, los cascos de guayaba con queso, la tartaleta o el pan de guayaba. Ahora son esos pequeños lujos que te
dás de grande y vuelves a experimentar
el sabor que rememora tu hogar, tu mamá, tu abuela o alguna vecina que siempre
generosa traía a tu casa un buen dulce de guayaba.
Quien de pequeño no le dieron jugo de guayaba para subir
la hemoglobina? Es que estas anémico mijo! y si tenías diarrea, tambien a tomarjugo
de guayaba!
Y de las hojas del
árbol de guayaba? que si para la
diábetes, si ayuda a las infecciones, para la diarrea, un sin fin de
propiedades, la mejor medicina, una guayaba.
Guayaba es Venezuela, es infancia, dulzura es la
generosidad que todos abrazamos y agradecemos!
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