domingo, 21 de enero de 2018

La guayaba

La guayaba
Escribidora: Yvette Henríquez 

            Es generosidad por donde la mires, su olor se esparcey se impregna por donde esté.

            Sus semillas abundantes, no tienen desperdicio, ellas multiplican el potencial de vida y de infinita permanencia de la guayaba en nuestra tierra. Las semillas como de muy pocas futas las puedes comer, rodeadas de pulpa rosada, blanca o amarilla son una degustación para tu paladar o para un rico jugo de guayaba.

            Cuando su árbol da frutos no alcanza manos para la cosecha, cubriendose su territorio de fruta madura que como alfombra decora el pasto, aroma dulce que la brisa esparce y estimula tu olfato.

            Es la generosidad que en la infancia no percibimos pero si disfrutamos, en los bocadillos de guayaba envueltas en hoja de plátano que no querías compartir, los cascos de guayaba  con queso, la tartaleta o el pan de  guayaba. Ahora son esos pequeños lujos que te dás de grande y  vuelves a experimentar el sabor que rememora tu hogar, tu mamá, tu abuela o alguna vecina que siempre generosa traía a tu casa un buen dulce de guayaba.

            Quien de pequeño no le dieron jugo de guayaba para subir la hemoglobina? Es que estas anémico mijo!  y si tenías diarrea, tambien a tomarjugo de  guayaba!

            Y  de las hojas del árbol de guayaba?  que si para la diábetes, si ayuda a las infecciones, para la diarrea, un sin fin de propiedades, la mejor medicina, una guayaba.

            Guayaba es Venezuela, es infancia, dulzura es la generosidad que todos abrazamos y agradecemos!


Yvette Henriquez

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