sábado, 20 de enero de 2018

GUAYABOS MIOS



GUAYABOS MIOS

En un rosario de perlas blancas,
llevo colgados todos y cada uno de mis guayabos.

Cuando estoy en modo guayabo,
Hasta las metáforas se me esfuman y se esconden.

La piel de mis recuerdos se arruga,
ante el gélido brindis de las despedidas.
Con mis ojos cerrados he agitado muchas veces,
el pañuelo de un hasta pronto, o quizá, hasta nunca.

No sabemos el peso emocional de privarnos
del beso y el abrazo de quienes amamos,
los años muchas veces terminan convirtiéndonos,
en etiquetas familiares descoloridas y acaso olvidadas.

Mi actual guayabo tiene el rostro de Iker y Ainara.
Ella me pinta su poesía:“abue, quédate a vivir conmigo para siempre”.
Mis ojos puertas del alma no controlan emociones,
Iker pincha mi lágrima y remata:”¿abuela, estás triste?”…

Quiero estar siempre de estreno en sus vidas,
sembrando el trigo del amor y florecer en sus frutos.
Quiero ser la palabra sutil y hermosa,
que penetre en sus almas como bálsamo fresco y sabio.

Mi guayabo no quería salir de mi,
reacio a imprimirse en mis letras blancas.
Lo amenacé con armar mi poética oral,
y llorar hasta que un charco de lágrimas lo ahogara.

Hay guayabos dulcemente intensos,
que hago de ellos mi placer y mi tristeza,
con las declaraciones secretas de amor:
“eres mi abuela favorita”,
”eres la abuela mas divertida del mundo”,
“abuela payasita, te amo”.

El guayabo no es malo cuando el amor es grande,
y vienen en bomboncitos de chocolate negro y guayaba…
en melcochitas cremosas y rojitas,
endulzándonos la vida… antídoto de la soledad…

GUDELIA CAVERO


1 comentario:

  1. Bella tu poesía mi querida Gudelia, como siempre. Pero veo que logras superar el guayabo que te hacen sentir la distancia de tus nietos, gracias al amor y la fe, únicos elixires mágicos que pueden hacerlo. Muchos saludos y que Dios te bendiga.

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