Autora: Roraima Mora Graterol
Cuando camino….Soliloquios
Desde hace un tiempo he querido escribir,
sin embargo, me ocupo en otras cosas y no lo hago…así que comenzaré ahora
Usualmente cuando camino mi mente comienza
a volar de un pensamiento a otro, observo lo que voy viendo e inmediatamente lo
relaciono con otras cosas.
En estos días iba caminando hacia la
Hacienda La Trinidad, y de pronto siento como un zumbido cercano a mi oreja, me
pasó tan rápido que no me dio chance de cambiarme de acera. Al darme cuenta de
lo que era, descubro que es una Guacharaca que venía volando y planeando
magistralmente me pasó muy cerca de mi oreja. Voy caminando sola, y le acababa
de pasar a otra señora que en ese momento venía detrás de mí y se dio cuenta de
lo que había pasado. Le comenté “qué le parece, ya ni se paran o se van por
otro lado”!!. Su respuesta fue muy sabia “Ya se han acostumbrado a nuestra
presencia, y vuelan tranquilamente por donde quieren!”
Me quedé pensando en ese comentario.
Realmente nosotros como especie, invadimos su territorio, su espacio, y ellos,
simplemente se adaptaron. Logramos vivir en sana convivencia. Las guacharacas
siguen volando por los árboles o por los techos de las casa, cantan o “hablan”
sin cesar, augurando no sé qué posibles acontecimientos (como la leyenda
urbana, allí hay una joven que será madre) vendrán próximamente. Así como las
Guacharacas están las ardillas, que van de un árbol a otro, deleitándonos
mientras practicamos Taichi los domingos.
Estos amigables animales me invitaron a pensar
qué fácil es para ellos aprender a convivir y qué complejo, retador, difícil es
para nosotros, los “seres humanos” aprender a convivir, aceptarnos como
personas con nuestras singularidades. Las mascotas (perros o gatos) simplemente
se comportan y son como son, e igualmente los queremos…y ellos nos quieren,
pero para entablar una relación afectiva, empezamos a repasar la lista de
chequeo de lo que queremos o esperamos del otro, o de lo que creemos quiere el
otro, lo cual nos hace inmensamente infelices. En mis caminatas aprendo más de
la vida, que en la cantidad de libros que puedo leer.
Guayaba
En el Club de Escribidores nos pusieron el
reto de hablar de la guayaba
La Guayaba para mí simplemente es eso, una
fruta que no es de mis preferidas, por lo menos, comerla de manera natural.
Esta fruta no me parece para nada atractiva
aunque sus colores, verde o amarillo por fuera y rojo por dentro, me invita a
morderla, más cuando observo los gusanos entre las semillas….hasta aquí llega
mi interés. Ahora, si decido hacerla en jugo o en mermelada, me encanta.
La palabra Guayaba también la relaciono con
otras cosas, por ejemplo, el refrán “lo dejaron como a la GUAYABERA, por fuera”!!! Entonces de fruta pasó a una relación que
bien puede sonar triste, puede ser de otra manera.
Otra manera es sentirse ENGUAYABADO,
sensación de tristeza, siempre relacionado con la pérdida de algo,
especialmente de un amor…de amor de pareja!!! Cuando estudiaba en la
universidad tuve una relación de cierta manera, formal, nos habíamos integrado
mucho, me sentía confiada con él, integrada a sus amigos y familias…hasta que
rompimos. Fue verdaderamente doloroso y pasé un año enguayabada!!! Necesitaba
ese tiempo para sanar esa herida y ver hacia adentro, hacia mis
potencialidades.
Ahora, viví muchos guayabos luego de ese,
cuando mi hija viajó por primera vez sola, por períodos de 15 días, luego un
mes y así sucesivamente hasta que me acostumbré a sus despedidas asociadas con
su propio crecimiento, y del mío también.
Otro tipo de Guayabos los he sentido cuando
he tomado la decisión de cambiar de trabajo, que aunque haya sido pensado
fríamente, no deja de afectarme. Lo manejo más racionalmente logrando ver los
aprendizajes que me dejaron esas decisiones.
También tengo sensaciones placenteras
relacionadas con la Guayaba, las mismas están relacionadas con dulces,
mermeladas. Me encantan las que puedo combinar con queso blanco, esa mezcla de
dulce salado es mi favorito, así que cierro con esa sensación en mi boca,
acompañado con una galleta y una buena taza de café.
A
propósito de VOLAR!!!
Para mi Volar es despegar, desprenderse de
peso, cambiar de ambiente, fluir!!!
Volar también puede implicar sentir miedo, en mi caso, siento un vacío en
el estómago que si lo conecto con pensamientos, inmediatamente comienza a latir
mi corazón y casi que sudo y me falta el aire. Más en ese momento me conecto
con la sensación de bienestar que produce Flotar, fluir con el aire o agua,
dejarse llevar…allí no siento mi cuerpo sino que mi espíritu es libre/ Lo
describo así porque lo más parecido que he hecho a volar, ha sido bucear. No es
mi deporte ni mucho menos, mis habilidades natatorias no son las mejores. Sin
embargo, me encanta la playa, estar flotando en el agua sintiendo la frescura
del mar, sus aguas cálidas y el sol dándote en la cara.
Volar
significa para mí ver otros paisajes, tener nuevas
experiencias, conocer otras personas y sobre todo, conocerme en otros
ambientes. Disfruto de lo nuevo, especialmente cuando me despego de la
sensación primaria de temor, luego se traduce, en la medida que me adentro a la
experiencia, en alegría y amor, me siento consentida por mí misma, agradada y
complacida porque logré hacerlo.
Volar, al cambiar de ambiente, también es cambiar de ciclo, pasar de un
ciclo a otro. Soy de las que piensa que no tenemos un solo Proyecto o Plan de
vida, sino que tenemos varios según entramos en un nuevo ciclo de edad. Por
cierto, la edad es solo una referencia cronológica, el cuerpo va por un lado y
el espíritu va por otro, suelo ir con mi espíritu. Reconozco que en mis
primeros ciclos disfruté mucho de la vida, casi de manera inconsciente, pues no
pensaba mucho en las consecuencias, dejándome llevar simplemente por la propia
vivencia. Cumplí con los propósitos que me tracé en su momento, y con mucho
disfrute. Aquí diría como Pablo Neruda, Confieso
que he Vividoy ahora, siento que estoy entrando en un nuevo ciclo un tanto
cónsono con mi edad cronológica y con el espíritu joven como siempre me he
sentido, es decir, con ánimo de hacer cosas nuevas.
En mi adultez joven, casi saliendo de mi
adolescencia, estando estudiando en la universidad y trabajando al mismo
tiempo, mis hermanos estaban preparándose para irse a estudiar a Inglaterra, me
invitaron y rechacé esa oferta porque estaba ya en el 3er año de la carrera y
trabajando, obteniendo mis propios ingresos. Le di prioridad a ese proyecto y
no vi la posibilidad de proseguir al regresar, quizás pensando que luego sería
más fácil hacerlo. Ahora siento que es el momento de retomar ese sueño
pendiente, con otros compromisos y con retos mayores, especialmente los
económicos, más eso siguen siendo retos.
Cuando un pájaro comienza a volar, hace
unos movimientos primeros con si=us alas las cuales va abriendo
progresivamente. En Taichi lo simulamos estando de pie, vamos levantando
primero los hombros, luego los brazos y finalmente sacando el pecho,
levantándonos con los pies en punta, terminamos de “alzar el vuelo”. Así será
este viaje, estoy en la fase de hombros y brazos y los pies no los levanto
porque tengo unos pesos tan grandes como la realidad misma, una vez que logre
soltar esas amarras, disfrutaré de este maravilloso vuelo lleno de
gratificantes experiencias.
Me encantó tu caminata y tu vuelo, quizás es que ese sea el orden para volar... te veo ahora caminando con los brazos abiertos como queriendo impulsarte hacia el aire!... adelante!!!!.... tqmmm
ResponderEliminarMe hiciste recordar Roraima al famoso aceite 3 en 1. Tus escritos en una sola entrega. Como te dije, se te estaba acumulando el condominio y saliste "volando" a pagar. Gracias por compartir tus escritos y que no te vuelvas a atrasar.
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