Autor: Martín A. Fernández Ch.
Fecha: 26/09/2020
Tener miedo es una emoción natural y pienso que estamos llenos de ellos, es más, es algo necesario para sobrevivir en la vida, por eso afirmo que vivimos con multiplicidad de miedos. Ahora bien, pienso que es necesario poder y saber convivir con esas situaciones, no quedarse paralizado y accionarse para poder avanzar. Fíjense, que no me refiero a acabar con ellos, sino a entender que son parte de nosotros y que su existencia es razonable.
En lo personal, tengo muchos miedos, pero los que más me afectan son:
- A la altura: cuando me encuentro en lugares altos, el asomarme a la ventana o a la orilla de lo que para mí ya no es seguro, me produce vértigo y siento la impresión que una fuerza magnética que me jala al precipicio. Pero esto no es todo. Dicha sensación de terror también lo siento cuando veo a una persona que se coloca en esa situación de asomado.
- A la muerte: el hecho de morir o que un ser muy querido se vaya a morir, me ponen en una situación de angustia, porque siento que se perdería la conexión. Me aterra pasar de ON a OFF de la vida. Situación que puede pasar en cualquier momento, puesto que no necesariamente uno muere de viejo. Quizás los años apacigüen este miedo o me hagan surgir pensamientos con perspectivas más humildes de agradecimiento por lo vivido. Por ahora, lo que hago es sentir la vida, sentir el presente y dejar de pensar en ello, porque depende de la voluntad de Dios. También, para calmarme, recuerdo el dicho "se muere, porque estamos vivos ".
- A las lagunas mentales de tiempo y espacio: el hecho que uno se sienta perdido en un lugar conocido, o que no puedas recordar nada de tu pasado, de quien eres, de quienes son tus seres queridos y amigos, me produce terror. Quizás es como cuando el "breker" de un circuito eléctrico salta y uno está entre ON y OFF. Pensar en que todos los días sería una lucha constante por tratar de recordar o no tener sentido de pertenencia a un lugar o a un grupo de personas; esto pareciera la impresión de estar escuchando un disco rayado donde la canción no avanza, sino da saltos hacia atrás, me parece que es una situación aterradora.
Como podrán observar, estos miedos nacen de mi pensamiento, por consiguiente los puedo controlar y apaciguar. Sin embargo, hay miedos que son externos a nosotros, tales como: miedos a algún tipo de animal o insecto, miedo a personas (sobre todo a aquellos con aspectos no amigable), miedo a situaciones de peligro, entre otros. En relación con éstos miedos, pido a Dios que me proteja y que también proteja a los míos.
FIN.
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