-Reflexión-
Cada día es
una oportunidad para resurgir de las cenizas, cerrar las puertas del pasado y
abrirse a un nuevo camino en dirección hacia el futuro. Es un nuevo comienzo
que nos permite dejar que las cenizas se las lleve el viento para acariciar el
brillo del sol que el amanecer nos regala cada día.
Al pensar en
las cenizas, las cuales resuenan que algo existió, recapacito más bien en que Dios siempre nos
regala nuevas oportunidades y que podemos decidir un nuevo comienzo. Así siempre
podemos mantener viva la llama de la esperanza, de la lección aprendida y de la
experiencia.
Comenzar con
Fe, con optimismo y confianza en nosotros mismo, puede darle más valor al polvo
y cenizas que quedan atrás.
Cada año, en
tiempo de cuaresma, nos recuerdan el polvo y cenizas que somos. En mis tiempos
de niñez que estudié en colegio religioso, nos mostraban el miércoles de
cenizas como el inicio de 40 días de penitencia y ayuno, donde teníamos que
ofrecer algún sacrificio. Nos invitaban, por ejemplo: a dejar de comer
chocolates, levantarse más temprano, ser más obedientes y cualquier otro “sacrificio”
que se les ocurriera. Un periodo muy rígido, que en mi entender, le faltaba el
significado de la reflexión profunda. Y al
ser de naturaleza rebelde, odiaba este periodo.
Es por esta
razón, con el devenir de los años, que veo el miércoles de ceniza como el
inicio de un período que invita a detenernos, a hacer cambios en nuestra vida y
fortalecer la unión con Dios. En donde nuestros errores se convierten en cenizas
y nos permite agradecer que siempre podemos volver a empezar… Es el comienzo de
un periodo que me invita a diseñarme y ser la mejor versión de mi misma.
Janet Jiménez
Bogotá, Febrero 2016
Comparto tu punto Janet, en el fondo cada día es una oportunidad.
ResponderEliminarOportunidad Yanet para resarcir tu rebeldía infantil y juvenil, ahora sí puedes "iniciar" muchos comienzos, ahora que estás clara.
ResponderEliminarGracias........
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