ÁBRELE LA PUERTA DE TU CASA SEÑOR
Ábrele la puerta de tu
casa Señor
César, mi amigo, se
fue de prisa
Talvez, sin darte
tiempo de llamarlo
Equivocando su nombre
en tu lista
se hizo estela en tu
casa Señor
Se fue sin previo
aviso
Dejó todo su orden y desorden
Colgados en su ventana
Dejó sus citas y
cuitas,
en el negro del papel
carbón
Esperando a ser copias
del ayer
Se fue sin decir adiós
Sin colgarnos un
mensaje
de un hasta luego
Sin decirnos,
no voy al juego de las
hormigas
No me esperen,
ellas me llevan en
vilo,
a mi última morada
Se fue sin pedirnos
permiso
Sin dejar su tema
hormiguero,
en la tinta de nuestra
mesa
Sin fue sin hacernos
el pan
del que tanto
alardeaba
Ya su masa es divina
Ya la comparte en la
ostia del cielo
Ya su mundo es un consuelo
Se le olvidó dejarnos
el pañuelo,
para secar nuestra
pena
Se le olvidó la sopa
para el alma
La cobija para el frío
del llanto
Se le olvidó llenar
nuestra copa,
con el vino del adiós,
del hasta pronto
Hasta cuando la muerte
nos vuelva a juntar…
Gudelia Cavero Hurtado
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