domingo, 29 de enero de 2023

Las hormigas y la ausencia de César

Un grupo de personas se reúnen para escribir. Hicieron unos talleres de escritura creativa luego de haber estudiado diplomados en psicología positiva. Se escribe para el bienestar ya que uno de sus principios es que “escribir te hace bien” y que la “escritura es buena para el alma”.

Tienen más de 8 años escribiendo juntos, leyendo juntos, compartiendo juntos. Ya no es solo lo que escriben, sino como lo comparten  entre ellos. Pasó la prueba de la pandemia, también la prueba del éxodo masivo y recientemente hasta de las despedidas definitivas.

Cada mes, una persona, un tema, un lugar. Este mes se escogió como tema “las hormigas”. Quizá no sea casual porque las hormigas son una suerte de colonia solidaria, que trabajan juntas, se cuidan y se respetan. Y pareciera ser que el llamado Club de los Escribidores de Caracas, sea un suerte de colonia de hormigas cuyo origen sea, ni más ni menos, que la formación en bienestar, los pilares del bienestar y las fortalezas de carácter junto a la comprensión de las emociones.

Desde el 2014, casi  este grupo de almas han convivido a través de la escritura, creando lazos invisibles que van quizá, más allá de la comprensión racional. ¿Qué une a este grupo de seres que comulgan con el bienestar? Pues quizá los lazos que a través del tiempo hayan tejido lo que se pudiera entender, como la auténtica amistad. Los pensadores del conocimiento han planteado que quizá haya una inteligencia colectiva en ciertos grupos específicos. En el caso de los escribidores quizá sea como la emocionalidad colectiva, aquello que siendo ajena, les es propia también. Una paradoja, sin duda.

En el mes de las hormigas, se despide de este mundo, nuestro amigo Cesar. Un pilar del bienestar, que siendo integrante, fue al principio, nuestro maestro, y luego condujo la sociedad que agrupa a los promotores de bienestar. Siempre estaba en nuestras reuniones, aunque durante un tiempo haya decidido irse vivir a Colombia. Igual,siempre estuvo. Pero, ahora, en su ausencia plena, los escribidores en colectivo, lloraron su ausencia, hablaron de ello y como hormigas, decidieron honrar su nombre y su memoria. (Muchos aprendimos de él, por lo que tenemos un poco de él también.)

El dolor colectivo de las hormigas que siguen, sirve de muestra de la importancia que tiene para el grupo, cada parte que lo constituye. Emoción colectiva, pero quizá más, amistad colectiva. Una nueva forma de ver la relación entre humanos, no solo entre pares, sino entre las partes de un colectivo que han comprendido el significado de la fuerza de estar juntos y avanzar.

Esa es la magia del tiempo que teje y teje milagros indelebles, que se ondean al viento. Su movimiento es único, pero es de todos.

¿Por qué he narrado en tercera persona?

Quizá para estar del lado de los que lloran juntos, y hacen su mejor esfuerzo para transitar el duelo. La ausencia de uno, es la ausencia de todos. Algo maravilloso nos ha mostrado Cesar en su viaje intergaláctico. Pues, que somos como un caso de estudio. (Dijo Lele). Y más allá, que todo es posible de lograr. La amistad infinita existe. Habita en la suma de las almas que compartimos el club.

Amén

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