Desde hace no mucho tiempo, he
estado abrigando la creencia que el bien y el mal realmente no existen. Que
solamente existen consecuencias.
Desde pequeño he observado
una doble moral. Una moral que, aparentemente castiga a los pillos y premia a
los santos. Pero, esto no es cierto.
Estimo que con frecuencia, no
le vamos al “bueno” en el cine o en la televisión.
¿Por ejemplo? Robin Hood es
un ladrón y robar es malo...me dijeron. De eso no queda la menor duda.
Sin embargo Robin Hood, es expuesto
en la pantalla como un hombre simpático, bien parecido, exitoso.
Que roba dinero y por robárselo
a los ricos, tiene le va bien. Por fin atiné de donde proviene la frase “ser
rico es malo”, que tanto daño le hace al pobre.
Recientemente veía también la
serie de Pablo Escobar. Narcotraficante, ladrón, asesino, por nombrar algunas
cosillas. Estoy seguro de que muchas de las personas que la veían (incluyéndome)
deseaban que saliera ileso (aun sabiendo la historia). Obviamente, Pablo tenía
su recompensa. Y vaya que las tenía. Sin embargo. El tema no era la recompensa,
sino las consecuencias lo que hacía.
¿Que nos pasa en el fondo con
todo esto?
Nos sucede que reconocemos lo
malo. Nos atrae. Los villanos son presentados con creatividad y la mayoría de
los héroes son mostrados opacos, sin brillo o con pocos matices. Ganan si, pero
sin chiste.
No nos atrevemos a “cruzar la
línea” por conciencia de las consecuencias. Lo malo gusta, pero gusta verlo en
otros y lejos!
Nos da miedo cuando lo observamos
en nosotros mismos. Nos gustan los villanos porque sabemos que están en la
pantalla o en las páginas de un libro. Estoy a salvo pues.
¿Lo más curioso de esta
sombra? Es que siempre nos acompaña. Hago la prueba. Salgo a la calle y el sol
se empeña en hacerla visible. Está allí por mas que me mueva. Listo! Salgo de
noche y la luna hace lo propio.
La única manera de escaparme
de ella es estando en la oscuridad total.
He descubierto por tanto, lo
útil que es, abrazar a la sombra. Reconocer su existencia, valorar la potencia
de sus enseñanzas. He descubierto que forma parte de mi.
Darme cuenta de que el estar
en la sombra me puede hacer daño, pero comprender que ella existe gracias a un lado luminoso, es
un gran descubrimiento. Y es este contraste lo que nos hace sabios.
He comprendido en el trabajo
terapéutico, tanto hacia mí como hacia otros. qué el lado oscuro me ha sido útil
para ayudar a otros. Para ser un buen tipo. Para ser un buen ciudadano.
Es posible que lo escrito
esté plagado de obviedades. Pero es a mis sesenta años cuando me hace real
sentido.
¿De mis errores¿
Consecuencias. Sólo eso, consecuencias. Algunas de ellas aun me pesan.
Pero viendo en retrospectiva
no me queda más que decir…Ven mi sombra para darte un abrazo!!!
Eres parte de mí.
Cesar
Yacsirk
Club de
Escribidores de Caracas.
Agosto
2022
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