Escribir cartas de
amor, como bien dice la gente, es encontrar confidente en esa hoja pendiente
guardada con alcanfor. Palabras que sin
contar todo dicen. Que colman la identidad
y desbordan a raudales mucha afectividad.
Hay cartas grandilocuentes. Grandes
líneas, mejor letra. Confunden con su altivez al hacernos ya creer que el amor es arrogante. Ignoran en su
talante que el amor es sencillez.
Las hay de ésas disfrazadas de perfume de
rosa o de rayo de luna, de alguien que no encuentra el valor
para decir claramente que el amor
todo lo inunda.
Otras misteriosas, escondidas, llenas de
ese atractivo que mientan lo prohibido.
Especial mención les toca a esas
silenciosas y valientes de aquellos
enamorados que nada dicen y mucho sienten. Cartas con destinatarios pero sin
ningún remitente.
Las de ese amor que llamamos el amor de
nuestra vida. Auténticas y comprensivas. Llevan la historia de años, lo mejor
de nuestros días.
Tienen particular encanto las que nacen de una simple discusión, para
descubrir con pasión que a menudo andan buscando
sólo una reconciliación.
De ausencias o de presencias. Son como
olas del mar, unas vienen otras van y entre las dos el silencio.
De esas que llaman despecho, muchas
lágrimas y poco hecho.
Algunas hasta chistosas. Escritas por
aquellos que sienten vergüenza de tamaño desatino. Aquellos que ven el amor
como una simple jugarreta del destino.
Cada
carta de amor nos cuenta una historia distinta. Inocentes o atrevidas, muestran
abiertamente lo que grita el corazón, que el amor a todos toca sin importar
condición. Que con cualquier intención
cada una tiene méritos para ser recordada,
o mejor, para ser vivida…con pasión.
Irma Wefer
Agradecida de todo lo que me reí escribiendo este texto.
ResponderEliminarSi, y qué me dices sobre las cartas de amor que uno deja pegada en la puerta de la nevera, a manera de dejar un regalo sorpresa, quedando uno en la espectativa sobre si la leerá, y en la angustia de !no me ha llamado, será que no la ha leído!, que me diga algo...qué angustia pasa uno en el día. Hasta que en la noche recibe el abrazo y el beso de recompensa.
ResponderEliminarBonita descripción de las cartas de amor. ¡Hay algunos que piensan que son ridículas! Solo son ridículos aquellos que nunca han escrito una carta de amor!
ResponderEliminarFelicidades Irma!
Irma! Gracias por pasearme por los recuerdos de remitentes y destinatarios de algunas de las distintas cartas que describes...
ResponderEliminarAsí son las cartas de amor, gracias Irma por contarlo de una forma tan linda.
ResponderEliminarIrma cuanta bella poesia en tus palabras para describir las cartas de amor. Me encantaron tus lineas. un abrazo
ResponderEliminarEl Amor en todo su esplendor...hermoso Irma.
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