Gran sorpresa, muchas emociones. Tu vida se inició con
fuerza.
A lo largo de tu desarrollo mostraste tu personalidad: picardía
e inteligencia. Fue una bendición para toda la familia.
Nunca olvidaré ese 7 de enero del 2010, después de Reyes, cuando tus
padres te recibieron en una piscina especial, donde el agua seria el símbolo principal
que marcaría los gustos de tu vida. Brillaste con tu presencia y nos hiciste
brillar a todos.
Con el tiempo tu ternura, risas y balbuceos nos cubrió con
un manto mágico que nos llevó a renovar nuestro amor y unión familiar. Junto
con tus padres, tus abuelos, tus tíos y los amigos nos convertimos en los niños
que jugaban contigo, el querubín, el “pichurro” de su tía madrina... Sebastián.
A mí, la abuela Tata, me mostraste un amor especial, envuelto
en una abrumadora ternura y pasión infantil. Por primera vez descubría en mí,
sentimientos de extensión de mi Ser: le di vida a mi hija y le di vida a mi
nieto a través de mi hija, fortaleciendo mi amor por ella. Contigo vivo la placidez
de disfrutar, consentir y mimar sin la responsabilidad de educar. Donde el
tiempo pasa sin desgaste, sin preocupación y el juego pasa a ser el
protagonista del momento compartido.
Me llevas a otros mundos con tus cuentos, tu imaginación,
tus historias y canciones que me hacen reír y comerte a besos hasta convertirte
en parte de mi corazón para llevarte siempre conmigo.
Así eres, mi Sebas, mi querubín, mi pichurro;
siempre, siempre estarás en mi corazón creando puentes muy fuertes para que las
distancias se aminoren y nuestro amor trame caminos más cercanos.
Para
ti Sebas…. ¡Te quiero mucho!!!
De tu
Tata, Janet
Bogota, marzo 2017
Qué hermosa carta Janet, el amor de abuela es tan dulce y tan auténtico que deja huellas en nosotros para siempre. Qué suerte tiene Sebastián de tenerte.
ResponderEliminarJanet, ¡hermosísima abuela!, me emocioné entera con tu carta
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