Si nos ponemos a pensar un poco, nos damos cuenta que en
nuestra vida, tenemos muchos aspectos positivos los cuales nos favorecen, así
como otros negativos que nos causan inconvenientes y desagradan. Ambos lados
son muy reales, incluso podremos comprobarlos haciendo una pequeña pausa, con papel y lápiz en mano. En pocos minutos, podremos
completar una lista inicial de situaciones, personas, habilidades y cosas, que
nos benefician y apoyan. Por supuesto, seguirán presentes los problemas, preocupaciones y situaciones
complejas, los cuales también nos toca manejar cada día.
Recordando el slogan de una vieja publicidad de Coca Cola:
“la vida es como te la tomas”, vale la
pena detenerse a reflexionar en donde estamos centrando más nuestra atención:
¿en los aspectos positivos que tenemos? ¿O en los negativos? Sin duda en
las épocas más complejas, hay una tendencia humana a que esos aspectos negativos
llamen nuestra atención. Sin embargo, revisando un poquito, estoy segura que también
habrá en esas etapas, personas, situaciones
y cosas, las cuales nos están favoreciendo. Reconociendo también que aun en las épocas más sencillas o
tranquilas, podríamos estarnos centrando principalmente en lo negativo.
Cada vez que me doy cuenta, que estoy dando mayor
visibilidad, importancia y atención
a los aspectos negativos de mis días, me hago la siguiente pregunta: ¿Cómo sería mi vida sin “X”?...
¿Y qué o quién es “X”?. Para empezar, representa la bendición de haber nacido y
ESTAR VIVA. Lo he pensado más de una vez, porque mi suerte pudo haber sido muy
distinta: mama tuvo seis embarazos, la
mayoría muy difíciles, donde solo logramos nacer mi hermana y yo. ¡¡¡Qué maravilla,
yo nací!!! La verdad, a cualquiera de nosotros le pudo haber pasado lo mismo:
si otro espermatozoide de tu papá hubiera fecundado el óvulo de tu mamá, habría
nacido tu hermano; tú no estarías respirando. Además, ¡sigo viva a los casi 57 años! ¡Qué bendición! Ya sabemos, han existido millones de personas
quienes no han llegado a esa edad.
Sigamos reflexionando acerca de “X”: ¿Cómo sería nuestra vida
sin nuestra familia? Sea una familia grande o pequeña; esté cerca o lejos;
pelees mucho o poco con ellos. Cerremos los ojos por un minuto con esta pregunta
en mente: ¿Cómo sería sin mi familia? Las
respuestas son muy duras ¿verdad? ¿Cómo
nos sentiríamos sin nuestros amigos? … ¿Y sin salud? Aunque nuestro cuerpo requiera
algún tipo de apoyo con tratamientos médicos, la mayoría de nosotros dispone de
suficiente salud para hacer, vivir y disfrutar de muchas cosas. Estoy segura
que hasta Maickel Melamed, con sus fuertes limitaciones físicas, valora las
muchas cosas que sí puede hacer y disfrutar.
Al continuar analizando a “X”, nos damos cuenta que también
tiene varios valores materiales. Aun cuando nací y he vivido siempre en la
clase media venezolana, cada vez que cae un fuerte aguacero me siento MUY agradecida,
porque sé que las paredes y el techo de mi casa se mantendrán firmes para protegerme
y proporcionarme confort: ¡Que bendición!. Ahondando en más detalles: ¿Cómo sería
mi vida sin micro-hondas, sin teléfono celular, sin tinte de pelo, sin crema de
cuerpo, o sin maquillaje? Tan banales y tan
importantes estas herramientas, las cuales nos permiten arreglarnos y
cuidarnos. Sin embargo, cabe destacar, estos son solo algunos ejemplos, porque
la lista de situaciones, personas, habilidades y cosas representadas por “X” es
infinitamente larga, además de muy personal; cada quien puede construir la suya.
Entonces, reflexionando
con la pregunta “¿Cómo sería mi vida sin
“X”?”, podemos RE-CONOCER y VALORAR lo positivo
y maravilloso que tenemos en todo momento. Cabe destacar que es necesario “RE”-conocerlo: sabemos
que contamos con cada uno de esos aspectos positivos, pero hace falta ”darse
cuenta” que están ahí para favorecernos mucho, razón por la cual son
realmente muy VALIOSOS para cada uno de nosotros.
Entonces, esto se trata
de VALORAR todo aquello que nos beneficia en cada momento y AGRADECERLO de
corazón. De esta
manera nos sentiremos BENDECIDOS por lo mucho que tenemos, en especial cuando
comparamos nuestra lista de “favores”, con la de otras personas. Empezando por
lo económico, ¿Cuál es el porcentaje de pobreza extrema en el planeta? Es casi
el 10% de la población mundial: son más de 700 millones de individuos que
“viven” de esta manera. ¿Cuántos no tienen una casa para protegerlos cálidamente,
o suficiente comida para alimentarlos? ¿Cuántos están solos, sin familia o sin
amigos?.... Con esto, solo estamos enunciando las preguntas más básicas. Para
cualquiera de ellas, existe una respuesta importante: uno de nosotros podría
ser el ser humano con tan fuertes carencias. Si tú no estás en estas listas,
empieza a agradecerlo YA.
De otra manera, muchas personas piensan: “lo que yo tengo en
mi vida me lo he ganado, me lo merezco, además de haber hecho gran esfuerzo por
ir logrando mis cosas”. En efecto,
¡tienes razón! Si te lo mereces: ¡Felicítate! Sin embargo, esto no se
trata de merecimiento, porque son muchas las personas que también se han
esforzado sin obtener los mismos
resultados. Quizás no supieron manejarlo, o enfocarlo, o simplemente tuvieron
peor suerte que nosotros. Además,
ocurren cosas inesperadas que pueden cambiarle los resultados a cualquiera: un
accidente en carro, una enfermedad incapacitante, entre muchos otros, pueden
llevarse por delante, buena parte de nuestros esfuerzos. En conclusión, somos
afortunados de haber logrado lo que tenemos: es importante agradecer por ello.
En consecuencia, la invitación es a fortalecer cada día el
“musculo de la gratitud”. Hay muchos caminos para lograrlo, por ejemplo,
escribir en un cuaderno o libreta, tres cosas por las cuales te sientes muy
agradecido en ese momento, puede ser un gran comienzo. Es importante que lo hagas
todos los días, en tu horario preferido. Incluso si te agrada hacerlo antes de
acostarse, podrían comenzar a dormir mejor en pocas semanas.
También es clave hacerlo
por escrito. Al escribir, pensamos más lento, organizamos mejor nuestras ideas,
nos damos cuenta de más cosas y esto nos ayudará a valorar más fácilmente. Luego, cuando hayamos ganado mayores
habilidades, podremos ponerlo en práctica de otras maneras: reflexionado cada
día por unos minutos en las bendiciones que tenemos; rezando oraciones de gratitud, entre otros
caminos.
Aun en los momentos difíciles de vida, siempre podemos
identificar personas, situaciones, habilidades y bendiciones, que nos está
acompañando y nos apoyarán a salir a adelante.
Sin embargo, en estos momentos complejos, solo si nos proponemos a
re-conocer, podremos valorar y utilizar lo positivo para superar el problema. Quizás
al principio nos cueste identificar esas fuentes de positividad, más cuando nos
concentremos un poquito nos daremos cuenta; cada vez será más fácil visualizar
esos favores.
Demás está decir, si nos acostumbramos a agradecer y a poner la atención en lo positivo de
nuestras vidas, seremos personas mucho más felices disfrutando de todas las bendiciones que nos tocaron.
Muchas Gracias,
Maigualida Boedo Paz
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