Mi querido Luisale….
Érase una noche aquel 23 de Enero en una clínica
caraqueña, cuando tú llegaste por
primera vez a mis brazos. Fuiste el primer bebé recién nacido que cargué y llevaba mi sangre mezclada corriendo por sus venas. Nunca te imaginarás cuanta emoción, cuanto
amor y cuantas cosas me hiciste entender en esos momentos. Recuerdo claramente la
fiesta familiar en aquel cuarto de clínica, siendo tú el primer hijo, el primer nieto y el primer
sobrino de la familia, no te dejaron
mucho tiempo en mis brazos: éramos muchos
haciendo cola para cargarte y acurrucarte.
Si observas un poco esas fotos de tu primer año de vida donde
tú y yo estábamos juntos, en muchas estoy mirándote con cara de tonta. Si, estaba totalmente babeada, repleta de ternura y amor por ti.
Eras una belleza de bebe, TAN dulce, de pies grandes y ojos claros, los cuales fueron cambiando de
color muchas veces mientras crecías. Me
enseñaste a jugar juntos en el suelo y me
encantaba hacerlo. Fuiste el primer bebé que rompió un carrito de adorno en mi
sala y recuerdo me sentí feliz y hasta
orgullosa de que aquello hubiera
ocurrido. Te encantaba salir a pasear e
ir a “Papaparti” (así llamabas en tu cortísima lengua a tu parque infantil preferido). Recuerdo
cuando comenzaste a hablar: decías “tetequeo” en lugar de “te quiero” y
era tan lindo escucharlo, que todavía hoy
me gusta decírtelo de vez en cuando. Son tantos y tan especiales los recuerdos que
atesoro de esos primeros años de vida
donde pude verte crecer tan de cerquita.
Desde muy pequeñito descubrí el ser humano especial que eres.
No es “casualidad” que tus padres me
hayan elegido como tu madrina ¿Sera que ellos presentían cuanto te iba a querer yo?.... La verdad, yo no te quiero porque seas mi ahijado; te quiero, porque tú eres tú, y por
eso te seguiré amando siempre.
Ya eres un bello adolescente de 16 años, muy alto y elegante, al cual sigo amando en grande y del cual me siento muy orgullosa: eres muy inteligente,
sociable y simpático; familiar, creyente, con un alma bella y generosa; muy
comprometido, persistente y audaz con los objetivos que quieres lograr. Me
encanta cuando conversamos y me cuentas de tus cosas: del básquet, de tus
amigos, de tus éxitos y tantas cosas más.
Nunca sabrás que feliz me sentí en diciembre cuando me
llevaste a pasear a tu lugar preferido
en el rio. Te confieso que no podía creer, como aquel bebecito que cargue
tantas veces, ya fuera un hombre fuerte y fornido, de uno noventa de alto, que
manejaba aquel carro donde yo solo iba de copiloto: ¡¡¡Que felicidad y que
orgullo tan grande!!! Entender que ya no
jugábamos en el piso, sino que llevábamos un dialogo de adultos, intercambiando
puntos de vista y conversando de chicas, de tus próximos estudios
universitarios y de los sueños para esa
maravillosa adultez que te espera. Sé que tienes grandes planes para tu vida y también
sé que tienes las habilidades y las ganas necesarias para hacerlos realidad:
¡Adelante mi bello! Le pido a Dios que seas un hombre sano, muy realizado, muy amado
y muy feliz.
Luisale, siempre, siempre, siempre, contarás conmigo para
escucharte, acompañarte, aplaudirte y ayudarte en lo que me pidas. Dios me dio la responsabilidad de consentirte,
amarte y apoyarte, y así será eternamente
Con todo mi
amor…
Tía Maigua
Marzo, 2017
Pocos amores se comparan a los que las tías tenemos por nuestros sobrinos, incluso si no llevan nuestra sangre. Querer alguien por extensión del amor, incluso antes de que nazca y luego quererlo por la persona que es. Gracias por compartirlo. Estoy segura de que Luis Alejandro es un ser más feliz y mejor por tener tu amor en su vida.
ResponderEliminarGracias Angela por tan especiales y amorosas palabras, muy reales por cierto. Si, se quiere MUCHO a los sobrinos. Yo tengo dos y los amo mucho. Un abrazo grande para ti
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMaigualida que razón tienes. Los sobrinos los amamos profundamente y ellos corresponden a esos amores. Somos parte de sus vidas sin la presión de ser papás. Por eso los disfrutamos tanto. Estoy de acuerdo con Angela Luis Alejandro es más feliz por tenerte en su vida. Gracias amiga
ResponderEliminarAsí es mi Irma linda. Los amamos mucho y no nos toca criarlos, solo consentirlos. Te extrañamos en la reunión de esta tarde. Un abrazo
Eliminar